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Un joven devoto de San Judas Tadeo perdió la vida al estallarle un cohetón cuando peregrinaba hacia la iglesia de San Hipólito, para conmemorar al santo. Una menor y una mujer también resultaron heridas.

De acuerdo con testigos, el joven de 20 años, conocido como El Chucky, residente del municipio de Ecatepec, lanzaba cohetes mientras caminaba junto con decenas de peregrinos sobre la avenida León de Los Aldama en la colonia San Felipe, perímetro de la delegación Gustavo A. Madero.

En su camino, uno de los fuegos artificiales estalló en sus manos y sobre el pecho, hieriéndolo mortalmente. Dos mujeres de 16 y 19 años que se encontraban a su alrededor también resultaron lesionadas.

Paramédicos acudieron al lugar y certificaron la muerte del hombre, mientras que las mujeres, una fue tras- ladada a un hospital y la otra, atendida al sufrir una crisis nerviosa.

Cumplen manda. Daniel Bucio fue declarado desahuciado cuando una infección dental tuvo grandes complicaciones. En medio del dolor y el miedo, él y su familia pidieron ayuda al patrono de las causas difíciles. Hoy don Daniel sigue con vida y visita el templo de San Judas Tadeo para cumplir la manda de regalar mil imágenes con el rostro de quien, asegura, lo salvó.

Con una imagen ataviada de un penacho y ropas indígenas aludiendo a su labor como danzante de Chalma, Daniel Bucio adornó a su patrono y en la capa que porta el santo escribió los nombres de toda su familia para, afirma, llevarles protección.

Junto a él, miles de feligreses llegaron a la iglesia de San Hipólito para pedir ayuda o dar las gracias por los favores recibidos. Familias, vecinos, peregrinaciones o creyentes en solitario se reunieron como todos los días 28 de cada mes, para celebrar a San Judas.

Algunos cargan figuras de hasta dos metros de altura, otros utilizan camisones verdes con blanco. Unos llenan sus cuellos con decenas de cadenas, rosarios y escapularios mientras que otros se acompañan de sonido, banda y guitarras para cantarle.

A pesar de la cantidad de visitantes, los feligreses opinan que la creencia se ha ido desvirtuando, pues muchos jóvenes usan la imagen de San Judas para consumir droga y delinquir.

“Éste es un lugar en donde convivimos personas de muchos estados y nos une la fe y el amor”, mencionó Salvador Aldama, proveniente de Naucalpan.

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