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El escándalo provocado por la muerte de más de una docena de perros en las inmediaciones de los parques del corredor Roma-Condesa destapó una posible plaga de ratas en los mercados, restaurantes, coladeras y parques de este mismo sector, pues, según las primeras indagatorias del ministerio público, los canes murieron por la ingesta de un potente veneno para ratas que se esparció en los alrededores de los negocios de comida, lugares donde las mascotas pudieron consumirlo.
A raíz de los hechos, peritos de la Procuraduría General de Justicia del Distrito Federal (PGJDF) descubrieron decenas de ratas que viven en las jardineras y bajo tierra, por lo que aseguran que algún vecino o comerciante esparció el veneno sin pensar en el daño que ocasionaría a los perros.
Como parte de la investigación, se analizaron las cámaras de vigilancia en los alrededores de los parques sin encontrar algún dato hasta el momento, por esto se cree que el raticida fue esparcido mediante una fumigación.
Las autopsias practicadas a los perros envenenados revelaron que todos habían ingerido el mismo tóxico, lo que les provocó la muerte en aproximadamente dos horas.
A los agentes de investigación les llamó la atención que los canes fueron infectados aparentemente en calles aledañas a los parques, más cerca de los mercados y restaurantes.
En los exámenes que se practicaron a tres perros se encontró el mismo químico, pero, según los peritajes, todo parece indicar que de camino al parque comieron o lamieron algo que los mató en poco tiempo.
Al momento de revisar las inmediaciones de los parques se percataron de la presencia de cientos de roedores que se alimentan de las sobras de los restaurantes, bares y cafés que abundan en la zona y se pueden apreciar durante la noche merodeando coladeras, jardineras e incluso algunos edificios.
Los especialistas analizan la posibilidad de que la muerte de al menos 12 perros en las inmediaciones del parque de la Condesa se tratara de un accidente al pretender aniquilar a las ratas y no a los perros, como al final sucedió.
Incluso, se analiza el raticida que se utilizó para acreditar o descartar que alguna autoridad lo usó como parte de un programa de control de plagas.