Elementos de la Policía de Investigación adscritos en la Fiscalía Central de Investigación para la Atención del Delito de Trata de Personas rescataron a 41 hombres, entre ellos seis adolescentes de entre 14 y 17 años, quienes eran explotados laboralmente en dos centros de rehabilitación en la delegación Iztapalapa.

Las víctimas, quienes acudieron a estos centros para atender un problema de drogadicción, terminaron limpiando puercos y haciendo trabajos de albañilería hasta por 14 horas seguidas y sin recibir sueldo alguno.

La Procuraduría General de Justicia del Distrito Federal (PGJDF) informó que en uno de los inmuebles ubicado en la calzada Ignacio Zaragoza, colonia Santa Martha Acatitla, se detuvo a Juan Martínez Malpica, quien al parecer ordenaba castigos a los internos: José Alberto Somoza Tenorio, interno encargado de los medicamentos y quien también aplicaba los castigos; Ricardo Monroy Herrera, imponía castigos; Alan Rojas Ramírez o Alan Cabrera, vigilante del patio y Carlos Alberto Villegas Primitivo, encargado del lugar y también aplicaba castigos.

Asimismo, en otro predio de avenida Las Lajas, colonia Citlali, elementos de la PGJDF liberaron a dos individuos más y lograron la detención de quien dijo llamarse Marco Antonio Ramírez Yáñez, encargado de aplicar los castigos en contra de los internos que incluso, pagaban para supuestamente rehabilitarse de los problemas de drogas y alcohol que presentaban.

La solicitud de la medida cautelar fue concedida por el Juez 22 Penal, con sede en el Reclusorio Preventivo Oriente, con el propósito de que la representación social encontrara indicios relacionados con declaraciones de un denunciante, quien señaló que en mayo de 2015 fue anexado y desde su ingreso recibió malos tratos, en aquella ocasión la víctima detalló que lo sometían a realizar diversos trabajos en contra de su voluntad y si no accedía recibía diversos castigos.

Ésta información fue confirmada por los ofendidos al referir que al entrar a los centros de rehabilitación les ofrecían buena alimentación, atención médica, psicológica y les ayudarían a combatir sus adicciones, incluso les hablaron de actividades deportivas y visitas de sus parientes.

Sin embargo, los inculpados inmediatamente los amarraban de manos y pies, tiraban al piso por varios días y sólo los desataban para ir al baño. Posteriormente, mediante la violencia física y amenazas con hacerles daño eran sometidos a realizar trabajos forzados de albañilería, plomería y jardinería, así como al aseo de puercos que tenían en criaderos.

tpc

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