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Uniformado y sosteniendo entre sus manos un rifle de asalto, Abraham Torres Tranquilino —implicado en el multihomicidio de la Narvarte— posó para una cámara fotográfica. Esa imagen la subió posteriormente a su perfil de Facebook con la leyenda: “Mi arma para matar chacas”.
En 2010 Torres Tranquilino tenía unos meses de haber dejado la Academia de Policía y se incorporó como elemento activo de la policía preventiva con el número de placa 905616.
Un año después, en noviembre de 2011, terminó su carrera como agente al ser detenido, junto con otros cuatro elementos, acusados de torturar a detenidos en una vecindad de Tepito.
Abraham Torres Tranquilino fue consignado a prisión y en los nueve meses que pasó tras las rejas se hizo adicto a la mariguana.
“Desde que salí del reclusorio empecé a fumar mariguana, debo de precisar que en el reclusorio yo empecé a fumar mariguana, ya que anteriormente estuve en el interior del reclusorio Oriente por el delito de tortura cuando me desempeñaba como servidor público”, dijo ante el Ministerio Público.
Ahora Torres Tranquilino es uno de los presuntos implicados en el homicidio de la colonia Narvarte, donde murieron cinco personas.
Ayer la jueza 25 penal con sede en el Reclusorio Oriente, Hermelinda Silva Meléndez, le dictó auto de formal prisión, con lo que inició el juicio en su contra por los delitos de feminicidio, homicidio calificado, robo agravado en pandilla y robo de vehículo.
El proceso penal que se seguirá contra el ex policía sera de tipo ordinario. En tanto, el defensor de oficio informó que apelará ante magistrados el auto de formal prisión.
La jueza consideró que el Ministerio Público aportó elementos suficientes para enjuiciar a Torres Tranquilino.
Además de sus huellas en la escena del crimen y la identificación que se hizo a través de las fotografías de las cámaras de seguridad de la zona, se tomó en cuenta la declaración ministerial del acusado, quien durante su declaración preparatoria la ratificó.
Según Torres Tranquilino, el multihomicidio de la colonia Narvarte tenía como objetivo sólo a la colombiana Milé Virginia Martin y no a las otras cuatro víctimas, entre las que están el fotoreportero Rubén Espinosa y la activista Nadia Vera.
El móvil, de acuerdo con sus declaraciones, fue el robo de cocaína que la extranjera había recogido en distintas fechas en el Aeropuerto Internacional de la ciudad de México.