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Indiferentes y sin ganas, los habitantes de la ciudad de México realizaron un escueto megasimulacro en conmemoración al 30 aniversario del sismo que devastó a la capital del país en 1985.
En punto de las 11:30 horas, como se había anunciado en días anteriores, el Sistema Nacional de Protección Civil activó la alerta sísmica, la cual fue transmitida por las bocinas de los más de 8 mil postes de pánico que existen en la ciudad, sin embargo, el resultado no fue el esperado.
Aunque el jefe de gobierno indicó que participaron alrededor de 6 millones de personas, en las calles se mostraba otra cantidad. En la plaza de las Tres Culturas, de Tlatelolco —una de las zonas más afectadas en ese siniestro—, hubo poco aforo, no más de 50 personas, algunas sólo se asomaron por sus ventanas a ver el evento.
El sonido de la alerta duró tres minutos, los peatones, automovilistas, ciclistas y empleados de diversos edificios, tanto gubernamentales como de tiendas comerciales y hoteles, que se encontraban en el Centro Histórico, se sumaron al simulacro; en esa zona hubo un mayor número de participantes, quienes salieron de los inmuebles de manera ordenada y caminaron hacia el punto de encuentro que tenían establecidos en días anteriores.
En el cruce de Reforma y Bucareli, algunos peatones ignoraron el sonido acompañado de una voz masculina que repetía: “¡Alerta sísmica!”, y siguieron su camino, otros sólo tomaron una grabación del hecho y continuaron su andar.
Mientras, en la plaza de la Constitución, donde había una exhibición de unidades de rescate y apoyo en cuestión de desastres, la gente se resguardó, había trabajadores del GDF, visitantes de la Catedral, comensales de los restaurantes cercanos y también estaba el jefe de Gobierno, Miguel Ángel Mancera, quien después de seguir el protocolo de Protección Civil y salir del Palacio del Ayuntamiento fue alcanzado por algunas personas que le pidieron una fotografía, luego se retiró.
Los edificios de las empresas situadas en la zona fueron evacuadas; los empleados permanecieron sobre banquetas, aunque no todos estuvieron alejados de postes y árboles, tal como lo recomendó la Secretaría de Prote-
cción Civil a cargo de Fausto Lugo.
Entre los que ignoraron los protocolos de seguridad se encuentra el personal de la Lotería Nacional y estudiantes del Conamat, quienes estuvieron rodeados de postes y árboles.
Hombres y mujeres que trabajan en establecimientos situados en avenida Plaza de la República se resguardaron cerca del asta bandera y palmeras, que están en toda la zona. La alerta sonó a través de los altavoces de las cámaras de video vigilancia de la ciudad durante un minuto; tras silenciarse por un par se segundos volvió a escucharse dos minutos más.
En la colonia Roma también hubo caso omisó a la alerta, edificios de oficinas y viviendas no se desalojaron por completo. Sobre las avenidas Insurgentes, Monterrey, Álvaro Obregón y calles aledañas, la circulación no se detuvo. Autos, bicicletas y hasta las unidades del Metrobús ignoraron las alertas que cada año suenan, por lo que quienes salieron a las calles quedaron detenidos en las banquetas.
Una hora más tarde del simulacro, una bocina ubicada en una esquina del Zócalo volvió a sonar, sin embargo, pasó desapercibida hasta por el cuerpo de bomberos, que realizaba una demostración de rescate.