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Las calles del Centro Histórico se han visto abarrotadas por comerciantes ambulantes los últimos años y aunque se ha buscado formas para retirarlos, estos siempre regresan.
Zonas como Izazaga, Isabel la Católica, Eje Central Lázaro Cárdenas, Anillo de Circunvalación, Eje 1 Norte y República de Argentina, entre otras, fueron tomadas por los comerciantes y ahora en algunas el acceso es limitado.
La delegación Cuauhtémoc registra 11 mil 420 comerciantes informales divididos en por lo menos seis colonias: Obrera, Roma, Cuauhtémoc, Doctores, Juárez y Centro. Las cuotas que comerciantes entregan a líderes oscilan entre los 50 y 200 pesos al día, por lo que coordinar ambulantes representa un negocio millonario.
Hay lugares donde los vendedores generan problemas y en otros permiten que se encubran. Basura, anegaciones, malos olores y fauna nociva es parte de lo que provocan. Mientras que la delincuencia, prostitución y piratería quedan “escondidas” en medio de locales y lonas de colores.
El pasado 28 de julio, el Gobierno del Distrito Federal inició un operativo para retirar a los comerciantes ambulantes de lo que se conoce como el perímetro A y que comprende ocho calles donde había alrededor de 800 comerciantes conocidos como toreros.
Las calles intervenidas fueron avenida Juárez, el Carmen, Correo Mayor, Moneda, Pino Suárez, 20 de Noviembre, 5 de Febrero, Madero, República de Brasil, Tacuba, República de Chile, Donceles, Mixcalco, Leona Vicario, Manuel Doblado, Lecumberri, República de Uruguay, 5 de Mayo, y Eje Central desde Arcos de Belén hasta República de Perú.
De acuerdo con autoridades del GDF, los comerciantes serán reubicados en 45 plazas comerciales que permanecen vacías, algunos colonos señalan que esto permitirá que las calles luzcan más limpias y amplias, además de que los vendedores no perderán su fuente de ingresos.
Sin embargo, aseguran vecinos y trabajadores de la zona centro, que hay más calles que necesitan de una intervención, pues algunos de los vendedores retirados se han apropiado de otros lugares donde no hay vigilancia, tal es el caso de Mesones y Balderas.
