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A unos días de la conmemoración del Día Internacional del Peatón, la asociación civil El Poder del Consumidor informó que en el Distrito Federal se registran 41 accidentes de tránsito diario; 30% de los incidentes son atropellamientos y de éstos 70% se dan en zonas sin infraestructura peatonal.
Daniel Zamudio, coordinador de Transporte Eficiente en El Poder del Consumidor, indicó que los accidentes de tránsito representan un costo para el gobierno de entre 1% y 3% del Producto Interno Bruto.
Refirió que a nivel mundial los peatones representan aproximadamente una cuarta parte de las muertes por accidente de tránsito; es decir, constituyen 22% de todos los fallecimientos en la vía pública.
El Poder del Consumidor puntualizó que el presupuesto que el gobierno invierte en infraestructura para el peatón, recuperación del espacio público y transporte sustentable no garantiza la movilidad eficiente y seguridad de las personas en las zonas metropolitanas.
Detalló que de 2008 a 2013 se han registrado alrededor de 15 mil 296 mil accidentes de tránsito terrestre por colisión con peatones en zonas urbanas y suburbanas, de acuerdo con datos del Consejo Nacional de Prevención de Accidentes.
México ocupa el séptimo lugar a escala mundial en muertos por accidentes viales y segundo en América Latina. Y es que sólo 74% de los estados que conforman la República Mexicana regulan la protección de los peatones bajo el reglamento de tránsito.
“Debido a la tendencia de los últimos años a favorecer el transporte motorizado privado, los peatones tienen hoy mayor riesgo de muerte y lesiones. Un estudio del Instituto de Políticas para el Transporte y el Desarrollo (ITDP) nos muestra que en 2012 se ejercieron 13 mil millones de pesos para la movilidad en México, pero sólo una tercera parte se destinó en proyectos de movilidad sustentable y mejoras del espacio público”, refirió la asociación civil.
Comentó que la única forma de garantizar la seguridad vial y reducir las alarmantes cifras de accidentes es establecer políticas claras que definan programas, presupuestos y acciones coherentes en todo el país, en vez de iniciativas aisladas.
Una política de movilidad sustentable, agregó, debería desincentivar el uso del automóvil e impulsar sistemas de transporte público que han demostrado reducir el índice de accidentes, como los sistemas de autobuses rápidos tipo Metrobús.