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En las calles de la Delegación Gustavo A. Madero algo nuevo está pasando. Las mantas colgadas en sus calles, al más puro estilo de las bandas del crimen organizado, son una clara advertencia de los pobladores: “Ratero, los vecinos están unidos, si te atreves a robar ¡te vamos a linchar! Piénsalo antes de actuar”.
Igual que en algún poblado oculto entre la sierra, donde cualquier delito puede ocurrir y donde los pobladores castigan a los delincuentes con sus propias manos, en la Gustavo A. Madero los vecinos han hecho una declaración contundente ante la inacción de la autoridad.
A los habitantes de las colonias Nueva Atzacoalco y Vasco de Quiroga les falta tiempo y dedos para contar las historias de inseguridad que han vivido y atestiguado durante las últimas semanas: una pareja baleada a plena luz del día en una avenida principal; un hombre asaltado en medio de la procesión de Jueves Santo a la vista de todos; un robo a una casa durante el cual golpearon a los hombres presentes y violaron a las mujeres, e incontables atracos a transeúntes a todas horas.
No hay versiones distintas de la misma historia: todos los colonos consultados coinciden en cada detalle y todos piden el anonimato.
No es atípico que los habitantes de GAM se defiendan al momento de ser víctimas de un ataque. Con cierta frecuencia aparece alguna nota sobre una golpiza a un ladrón que pretendía asaltar un microbús, y Gabriela cuenta con orgullo cómo sometió –en un descuido- a un hombre armado que apuntaba a su padre y sus hijas en un intento de robo a su negocio, ubicado a unas calles de la Basílica de Guadalupe.
En la esquina de Juan Bosco y avenida Ferrocarril Hidalgo, colonia Vasco de Quiroga, hay un negocio de birria y el límite de una nueva unidad habitacional que, según los vecinos, ha sido escenario de múltiples robos e incluso, del secuestro de una de sus habitantes, a la que retuvieron en otro departamento de su propio condominio.
Por ello, afuera de la unidad y en cada esquina del camino hacia la avenida Eduardo Molina, se observan esas mantas con frases contundentes.
Las estadísticas
Estos mensajes son un estridente síntoma de la inseguridad en Gustavo A. Madero, delegación que vive en una pelea constante con Iztapalapa y Cuauhtémoc por el título de la más peligrosa del Distrito Federal: de 179,856 averiguaciones previas por delitos del fuero común registradas en todo el DF durante 2014, 22 mil 376 ocurrieron en GAM; 26 mil 316 en Cuauhtémoc y 28 mil 113 en Iztapalapa, según el Informe Estadístico Delictivo de la Procuraduría General de Justicia del Distrito Federal (PGJDF).
En lo que va de 2015 la delegación ha mantenido el tercer lugar en la estadística de la PGJDF, reportando, sin embargo, un aumento en las averiguaciones previas en marzo: 1,621 contra las 1,367 de febrero.
Un dato importante es que la frontera entre Gustavo A. Madero y Cuauhtémoc es la zona de Tepito, factor al que los habitantes de GAM atribuyen el aumento en la inseguridad, argumentando un “efecto cucaracha” del cual, consideran, necesitan defenderse.
Cumplen amenazas
El pasado 17 de abril, un hombre intentó asaltar un autobús sobre la avenida Loreto Fabela, a la altura de la colonia Campestre Aragón, pero murió a manos de un pasajero que portaba un arma y se defendió del ataque. A principios de ese mes, dos jóvenes de entre 20 y 25 años intentaron robar a otro muchacho en la calle Buenavista, de la colonia Lindavista, según refiere la página de Facebook de la organización Lindavista Unida. Los hombres portaban gorra y, según el denunciante, tenían los ojos irritados, pero de los negocios aledaños salieron personas a ayudar al muchacho y los asaltantes huyeron del lugar.
Apenas empezando mayo, dos hombres entraron a robar a una casa ubicada en las calles 314 y Eduardo Molina –esa tristemente célebre por la muerte de 12 jóvenes en lo que era la discoteca New’s Divine- y al salir con el botín de 200 mil pesos, encontraron a la policía que ya había sido alertada del atraco. Intentaron repelerlos a tiros y se formó una balacera y persecución que dejó un oficial y un asaltante heridos.
Roban la advertencia… contra los robos
Siguiendo sobre la avenida Ferrocarril Hidalgo con dirección hacia el Centro Histórico se encuentra la colonia La Joyita, reconocida entre los habitantes de GAM como una de las más peligrosas, tanto que las empresas de seguridad privada ofrecen servicios especiales (con tarifa también especial) a condominios que habitan esa zona. Si usted no la recuerda por nombre, seguramente le sonará conocida la estación Bondojito de la línea 4 del Sistema de Transporte Colectivo Metro.
A una cuadra de dicha estación, ya en la colonia Tablas de San Agustín, otra manta ‘grita’ el hartazgo de la población frente a los ataques de la delincuencia. Un robo a casa habitación impulsó a los vecinos de la calle Norte 60-A para solicitar a la delegación que les permita cerrar la calle con una reja y restringir el acceso.
Dado que se requiere consenso para una medida como esa, la negativa de algunos colonos la volvió imposible, así que, al no poder colocar rejas, los vecinos colgaron mantas en las dos esquinas para, al menos, tratar de disuadir a los ladrones.
“Vecino vigilante, si vienes a robar te vamos a linchar”. Pero después de esta manifestación, ocurrió un robo más: el de una de las mantas.
Quien convocó a los vecinos a cooperar con 50 pesos para mandar hacer las mantas fue doña Juliana, quien vive a unos pasos de la vecindad en la que semanas antes fue rescatada una víctima de secuestro y que sirve de refugio para varios delincuentes de la zona.
Los colonos de La Joyita y Tablas de San Agustín saben quiénes son los delincuentes, los tienen bien ubicados porque son sus vecinos. Saben que se ocultan entre los tráilers estacionados sobre Oriente 107 para asaltar peatones y que una de sus vías de escape es la vecindad conocida como Quinto Patio, que tiene convenientes salidas hacia dos calles, según relata la dueña de una de las tienditas de la colonia.
Sus testimonios forman parte de la percepción ciudadana de inseguridad que impera en el Distrito Federal y en las capitales del país, según la Encuesta Nacional de Seguridad Pública Urbana levantada por el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI).
De enero a marzo de 2015, las tres conductas delictivas o antisociales de mayor frecuencia que la población ha presenciado alrededor de su vivienda fueron el consumo de alcohol en las calles (70.4%), robos o asaltos (67%) y vandalismo (59%).
Mientras don Eduardo explica por qué le gustaría cerrar su calle aparece el velador, una figura que permanece en algunas colonias del DF con viejas costumbres, heredadas de los pueblos de donde llegaron los padres o abuelos de estos colonos, y donde por las noches ronda un hombre otrora conocido como el “sereno”, que vigila que todo esté en orden aunque no es propiamente un policía. El velador pasa sin falta a cobrar a todas las casas una “aportación” por su servicio, aunque ni él ni la policía han evitado los robos en esa colonia. Y se justifica: “es que los robos han sido de día” y sus rondines son nocturnos.
Por todo esto es que los habitantes de la zona prefieren confrontar a la delincuencia en lugar de denunciarla. “Ellos no hacen nada”, dice doña Juliana sobre las autoridades, “todos están muy ocupados con la campaña”, agrega Leonardo.
Un elemento de seguridad del condominio ubicado a una cuadra, en Henry Ford y Ferrocarril Hidalgo, cuenta que un excompañero suyo fue asaltado dos veces en su camino al Metro y que tres departamentos de ese complejo fueron allanados durante el asueto de Semana Santa. “No se vaya caminando por ahí, mejor vaya por Henry Ford o tome otra ruta para salir de aquí”, recomienda.