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Durante 10 años Muma encabezó los operativos más grandes de seguridad en los Reclusorios capitalinos; custodió a sicarios y narcotraficantes, ayudó a controlar motines y ahora es el ícono del Grupo Especial Canino K9 del Sistema Penitenciario de la Ciudad de México.
Este pitbull nació en el 2001 y un año después ya era parte de la entonces Dirección General de Reclusorios; sus dueños lo regalaron a la dependencia ya que tuvieron un bebé y consideraron que el perro era muy agresivo.
En la Dirección de Reclusorios tampoco tuvo muy buena suerte, aunque su apariencia servía como elemento de disuasión durante recorridos en los penales, casi no era llevado a las revisiones debido a su agresividad, incluso con su manejador.
En 2004 llegó Santiago Villarruel al área de Seguridad y Custodia, quien al verlo se sintió identificado y pidió ser el manejador de Muma, que para ese momento era conocido por agredir a todo el que se le acercara.
"Lo primero que hice fue convivir mucho tiempo con él, para ese momento ya tenía el entrenamiento de guardia y protección pero no se controlaba, por eso nadie lo quería, entonces afiancé una relación que incluso a veces se dormía conmigo", recuerda el guardia.
Pronto el perro comenzó a relajarse, se volvió completamente obediente a las órdenes de su nuevo manejador, y de esta manera llegaron sus años de gloria.
En 2009, Muma encabezó el operativo para controlar una riña en el Reclusorio Preventivo Varonil Sur, aunque usaba bozal en este tipo de operativos, su presencia y liderazgo hacía que los internos más violentos desistieran de sus agresiones y se rindieran.
"Por su naturaleza era agresivo, fuerte; con Muma utilizamos esas características para un trabajo, verlo entrar a los reclusorios con tranquilidad y a la vez con tanta imposición era una forma de disuasión para los conflictos", recuerda Villarruel.
Además de participar en otras riñas, también custodió traslados de personajes como Sandra Ávila Beltrán, la llamada Reina del Pacífico; de sicarios de los Beltrán Leyva a penales federales y de secuestradores, entre otros.
Con el tiempo Muma también desarrolló la habilidad de detección de drogas, pero el paso de los años comenzó a hacer estragos y con ello vino el retiro. Hace tres años este perro dejó de ser operativo y ahora es la mascota del agrupamiento.
El subsecretario de Sistema Penitenciario del Distrito Federal Hazael Ruíz Ortega, comentó a El UNIVERSAL que el Grupo Especial Canino K9 está siendo reforzado con nuevos perros que coadyuvan para mantener el orden en los Centros capitalinos.
ahc