Mireya está lista para abordar el siguiente autobús o tal vez, será hasta el tercero cuando tenga suerte, todo depende de cuantas mujeres desciendan y de que los empujones no la lleven de estar al filo de la línea de seguridad de color amarillo, hasta el fondo de la estación.

El reto, lo tiene más que medido. Subir en la estación Buenavista de la Línea 1 del Metrobús, que conecta con el Suburbano y la Línea B del Metro, implica aguantar empujones, gritos, enojos, de todo un poco. “A veces creo que las mujeres somos peores que los hombres”, dice con tono irónico.

De lunes a viernes, Mireya utiliza el Metrobús desde Buenavista hasta la estación Álvaro Obregón, la más cercana a su trabajo en la colonia Roma. “Es la forma más rápida de llegar y aun así se tarda; hay que aguantar los empujones, el calor y hasta olores”, expresa.

Miles de personas lidian todos los días, sobre todo en horas pico, con la saturación del servicio, principalmente en la Línea 1 que va desde Indios Verdes hasta El Caminero. De los 950 mil pasajeros que el Metrobús transporta al día, 50% (480 mil) corresponden a esta línea.

Guillermo Calderón, director general de Metrobús reconoce que este es uno de los principales retos a atender, sin embargo, no titubea al señalar que a la fecha se han incorporado más de 40 autobuses, la mayoría biarticulados y destinados a dar servicio en la Línea 1. El objetivo es que no supere 85% de su capacidad.

“Hay que recordar que es un transporte público, no es un transporte turístico, (donde van) todos sentados, menos con las tarifas que manejamos. Pero estamos muy atentos incorporando nuevos autobuses”, afirma.

Aunque la opción de incrementar el número de unidades, asegura la directora ejecutiva del Centro de Transporte Sustentable CTS Embarq México, Adriana Lobo, para nada ayuda a aliviar la saturación en el servicio.

“Pudiera parecer un contra sentido pero la verdad es que lo que necesitaríamos son dos cosas: unidades más grandes, biarticuladas, sustitución de unidades articuladas por biarticuladas, y más corredores paralelos que nos ayuden a aliviar la carga de Metrobús.

“Mas unidades contrario a lo que pareciera, en este momento que ya estamos en un número de unidades que están saturando la línea, lo que hacen es que disminuyen la velocidad, porque se satura, sólo puedes recibir un autobús cada 30 segundos por estación, todo lo que haya después de eso se vuelve cola y no ayuda a la capacidad del sistema”, explica.

Pasó el primer autobús y no logró subir; fue hasta el segundo intento que Mireya entró casi sin aire al Metrobús, “lo normal”, sonríe. Mientras el trayecto va entre los golpes de la puerta que abre más por la presión que por la inercia. Salir implicará menor esfuerzo.

Para Adriana Lobo la calidad del servicio es un área que también debe ser atendida, por lo que si bien es necesario que se construyan más líneas de Metrobús, “la misión es pelear contra el envejecimiento”.

Agregó que las líneas que funcionan deben ser cuidadas.

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