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metropoli@eluniversal.com.mx
Mientras toma un café de olla, el presidente del ahora Instituto Electoral Ciudad de México, Mario Velázquez Miranda, hace un análisis de lo que les vendrá para los comicios de 2018. De entrada, asegura que su organización será compleja por la nueva conformación del propio organismo y por los cambios que se tendrán que realizar en el mapa electoral de la capital del país, al reducir de 40 a 33 distritos electorales.
Empero, también asegura que deben tener un plan B en este último tema, porque todo dependerá de las decisiones que tomen la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN) en torno a las acciones de inconstitucionalidad que se presentaron contra la nueva Constitución de la Ciudad de Méxicoque plantea un cambio en la con formación del congreso local, pues ahora tendrán 33 diputados electos y 33 por la vía plurinominal.
¿Políticamente qué implica reducir el número de distritos?
—En principio, la lógica de reducir los distritos es que los partidos que tienen menor votación puedan tener la posibilidad de acceder a una curul en el caso de la integración del Congreso local.
¿En qué zonas habría reducción?
—Todavía no es definitiva la propuesta de división, pero hay algunas disminuciones particularmente en Gustavo A. Madero, en Coyoacán que se funde alguna parte con Benito Juárez hay una integración más amplia de los distritos y esto se traspasa la frontera delegacional y comparte algunos distritos electorales, por la lógica del crecimiento de las dimensiones territoriales.
En su plática con EL UNIVERSAL, el presidente del Instituto Electoral precisa que para tener una distribución equitativa en los distritos se toma en cuenta la población y el padrón electoral, por lo que se busca que cada distrito cuente con alrededor de 200 mil electores aproximadamente.
Si bien es cierto, dice, que el tema está entrampado en la Suprema Corte, adelanta que habrá cambios en la redistritación de la Ciudad de México, hecho que seguramente impactará en los partidos políticos y “terminará en los tribunales”, debido a que las nuevas secciones pueden impactar en el control político que tienen sobre esas zonas.
¿Cómo está el proceso para el tema de la elección de los alcaldes?
—A partir de 2018, con la integración de las alcaldías, habrá un alcalde que será el representan te del gobierno en la parte ejecutiva, pero tendrá un consejo integrado por 10 concejales que será un órgano colegiado que opine sobre la tarea de gobernar. De tal suerte que con independencia de que elijamos a un alcalde, tendremos a un concejal que tendrá de laguna forma una vinculación directa con la población, porque en la planilla se tendrá que señalar a qué circunscripción representa cada una persona de esa planilla.
¿Quien vota lo hace por el alcalde y el concejal de su zona?
—Exactamente esa sería la lógica. Sería muy complejo.
Mario Velázquez toma un poco de café y explica que también habrá cambios en las boletas, pues además del nombre del candidato a alcalde se deberán integrar los nombres de las 10 personas que integran sus planillas, de los cuales seis entran de manera directa junto con el candidato triunfador y los cuatro restantes serán designados de acuerdo a la votación que obtengan.
¿Por cuántos cargos se votará?
—Se votará por seis cargos: tres federales, que son el Presidente de la República, senadores y diputados; jefe de gobierno, diputados al congreso local y desde luego alcalde y concejales.
¿Las alianzas y coaliciones también presentan cambios?
—El tema de las coaliciones y las candidaturas comunes son un tema que a diferencia de la Federación sí puede generar un tipo de consecuencia directa en la forma de votar. Cuando se trata de candidaturas comunes, un ciudadano es candidato de más de un partido y esto permite o le da la posibilidad de que en todos aquellos recuadros en los que aparece el nombre del candidato puedan ser cruzados y, desde luego, el voto sería válido para el candidato, mas no para los partidos.
Es decir, en las tres opciones se puede cruzar, pero el voto vale por uno y para los partidos no se cuentan, porque no se puede definir la intención del ciudadano a favor de qué partido.
¿El instituto que preside también va a sufrir cambios?
—Justamente en razón de la designación y la temporalidad de quienes integramos el Consejo General hay un relevo de cuatro consejeros, tres derivados de la conclusión de la temporalidad en el cargo y uno más de la vacante que dejó la ahora consejera nacional, Dania Pavel Cuevas, y más tardar el 1 de octubre deberán tomar protesta los nuevos consejeros.
Es un reto importante, son cuatro ciudadanos que se integran de siete, esto implica la mayoría de los que estamos y puede implicar una situación compleja o una conducción distinta de cómo se ha llevado hasta el momento.
En razón de que el proceso estaría por iniciarse, todos los elementos previos deberían estar, pero la llegada de nuevos puede generar alguna propuesta de cambio con base en la experiencia y ello podría generar algunos ajustes.