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Desde el último piso del edificio que forma parte de la Ciudad de Justicia se domina prácticamente toda la Ciudad de México, que en los últimos meses ha registrado un incremento de la incidencia delictiva, principalmente en los homicidios dolosos. Las autoridades insisten en que se debe al nuevo sistema penal que facilita la liberación de los detenidos.
Desde esa oficina, el presidente del Tribunal Superior de Justicia de la Ciudad de México (TSJCDMX), Álvaro Augusto Pérez Juárez, rechaza que la aplicación de la oralidad sea una “puerta giratoria” para los presuntos delincuentes y establece que este es un tema de corresponsabilidad con las diversas dependencias involucradas.
“En términos llanos podemos decir, con toda claridad y con todas sus letras; se resuelve de acuerdo con lo que se prueba”, precisa el presidente del poder judicial de la capital del país en entrevista con EL UNIVERSAL.
Tiene claro que le queda poco más de año y medio en el cargo y en ese tiempo dice que su principal meta será la democratización de la justicia; de la reelección, “todavía no es tiempo de pensar en ello”.
La implementación de los juicios orales ha generado inconformidad en la ciudadanía con algunas resoluciones, ¿qué opinión le merece?
—Cuando una resolución no deja satisfecha a una sociedad, lo que debe saberse siempre es que las resoluciones son con estricto apego a la norma jurídica, porque esa es la mejor garantía que tienen todos. Hay temas polémicos, hay que ver que la presunción de inocencia es un principio fundamental, que siempre ha existido cuando menos en la teoría, aún en el sistema tradicional se debería de haberse presumido la inocencia cuando no se demuestra la contrario, pero tal parece lo contrario, que tú tenías que demostrar tu inocencia, lo cual es una perversión y esto afortunadamente en el nuevo sistema se supera.
También debemos entender que este cambio de visión rompe con una inercia que ya venía arrastrándose, ahora la prisión como medida cautelar o como medida previa es excepcional, no quiere decir que no existe ante delitos de un impacto que agravia de manera importante a la sociedad, sigue existiendo en este modelo, que es muy humanista, sigue existiendo la prisión oficiosa, como medida cautelar.
Lo que sucede es que ahora el órgano jurisdiccional es muy cuidadoso de ver que esto se cumpla.
Desde su perspectiva, ¿Qué falta para que se entienda este nuevo sistema de impartición de justicia?
—Que se dé un análisis y que caminemos de manera integral, todos aquellos que estamos inmersos en el nuevo sistema, aquí no se trata de ver qué falla, sino cómo vamos a superar ese tipo de situaciones, porque se hablaba de procuración de justicia, de administración de justicia y de las personas justiciables, a quienes nos debemos, y esas personas deben tener garantizado su acceso a la justicia, independientemente de la parte que juegue.
En ocasiones nos circunscribimos a la materia penal, no es lo único que hace el Tribunal, afortunadamente yo diría no nos ocupa tanto como podría pensarse. Tenemos, por ejemplo, de todo el quehacer del Tribunal, solamente un 15% ocupa a la materia penal y de 15%, un 13% es todavía del sistema tradicional y sólo 2% es del nuevo.
Necesitamos buena investigación para que el juez tenga el material de prueba necesario para dar una buena determinación y en su momento, una adecuada ejecución, y su ejecución no es meramente el aspecto de una privación de la libertad, sino una reparación a alguien que ha sido agraviado como es la víctima.
¿Qué opinión le merece los cuestionamientos que señalan que el nuevo sistema penal es una “puerta giratoria” para los delincuentes?
—Ahí hay un tema importante, ¿realmente se trata de una “puerta giratoria”?, porque aquí la situación es que cuando está debidamente demostrada la responsabilidad de una persona se da la condena correspondiente, entonces no lo es. Ejemplos tenemos muchos, si se observa que cuando se encuentra perfectamente demostrada la comisión de un ilícito y existen las pruebas necesarias, son sanciones verdaderamente severas y ahí no podemos hablar de “puerta giratoria”.
“Puerta giratoria” es que alguien en verdad pudiera entrar y salir, eso sí sería “puerta giratoria”, en el sentido de que, reitero, la prisión es por excepción, no por regla.
¿Entonces se van porque hay una mala integración o consignación?
—Se van porque el juez, de acuerdo con el marco jurídico, el Estado de derecho y el respeto a los derechos humanos de todas las partes, tendrá que ver y salvaguardar el debido proceso, que se encuentre debidamente demostrada la responsabilidad, porque bajo otra circunstancia, no puede actuar.
Cuando nuestros jueces dictan sentencias de manera severa es porque está comprobado y cuando tienen que declarar libertad o la inocencia de alguien es porque no está demostrada la culpabilidad, tiene la obligación de absolver, pero reitero que no es lo único que hacemos en el tribunal.
Queda claro que no es lo único que hacen, pero las autoridades son las que han señalado este tema de la “puerta giratoria”.
Por eso hay transparentar y acercar la justicia, la justicia debe ser transparente y lo dije desde el principio, a quienes juzgamos a quienes emitimos una determinación tenemos la solidez de esas determinaciones, tan es así que un altísimo porcentaje de esas determinaciones se confirman y eso vienen a avalar a esta situación de que se está actuando con estricto respeto al marco constitucional aplicable, ¿por qué?, porque efectivamente si esta situación se va dando y se están dejando a las personas en libertad, se van absolviendo es por una razón, no tenemos elementos para fincar esa responsabilidad y asumimos el costo político, costo político que es muy grande.
¿Es decir, los jueces resuelven con lo que le presentan?
—En términos llanos podemos decirte con toda claridad y con todas sus letras, se resuelve de acuerdo con lo que se prueba, nosotros resolvemos con base en pruebas.
¿Hay que preparar mejor a los ministerios públicos para que se consolide el nuevo sistema o qué le falta el nuevo sistema?
—Debemos avanzar en la capacitación, en la formación…
¿En dónde?
—En todos los operadores, esto no es un sistema acabado, en los jueces seguimos brindando cursos de capacitación de formación y viendo un nuevo perfil de jueces, los jueces ahora deben contar con nuevas herramientas, con nuevas habilidades, con una nueva visión, preparación. No es lo mismo estar enfocado en un sistema tradicional donde todo venía por escrito.
Yo no diría con una forma más pensada, sino diferente de trabajo, porque precisamente ahí es donde se necesitaban otras habilidades.
Además de que era la frialdad del documento que no permite de una manera directa una justicia cara a cara, ahora quien juzga está frente a quien va a ser juzgado, a quien acusa y a quien defiende, a quien ofende y a quien resulta víctima, actor demandado, hablando de otra materia y es un frente a frente directo, además con el respaldo que nos brindan las tecnologías de que está asentado en un documento en el que se observan las todas las actuaciones.
¿Cuál es el perfil del nuevo juez?
—El perfil del nuevo juez es estar consciente de que su función es resolver problemas humanos, puede sonar de Perogrullo, pero entender que el justiciable es una persona como el titular del órgano jurisdiccional, los jueces son humanos y deben entender…
¿Más empáticos?
—Más empáticos, contar con las herramientas necesarias de la nueva forma de resolver el problema, manejando las nuevas herramientas por ejemplo de poder expresarse en el momento adecuado, con la argumentación necesaria y con una manera entendible, no tener un divorcio entre lo que se resuelve y no se puede entender, no puede haber esa brecha, esa separación.
¿Para qué le alcanzará en año y siete meses al frente del Tribunal?
—Sabemos qué tiempo contamos y para qué aspiramos, reitero acercar la justicia al ciudadano, cómo lo vamos a hacer, con múltiples medidas.
Primero con la consolidación de la Ciudad Judicial, es decir que el ciudadano pueda acudir a un lugar en el que puedan resolverse los problemas de diferente naturaleza que se presente.
Segundo qué vamos a hacer, incorporar las nuevas tecnologías para avanzar y hacer más sencillo todo este acercamiento a la justicia. ¿A qué me refiero?, a que un expediente electrónico, que se cuente con los elementos necesarios para que desde cualquier lugar puedas avanzar con el trámite de los diversos trámites.
¿Su antecesor decía que quedaba pendiente el tema de la independencia del poder judicial?
—Así es, cuando hablo y vuelvo a la democratización de la justicia, requiere forzosamente de un poder judicial autónomo e independiente.
¿No lo es?
—Está en peligro realmente esta autonomía con la intromisión de otros poderes, yo no hablo de un divorcio de los poderes, jamás, sino que los poderes están perfectamente establecidos en la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, la división de los poderes y la comunicación que debe haber entre esos poderes.
Hacia el interior de los jueces y magistrados puedan resolver con plena autonomía e independencia, pero también hacia el exterior, que contemos con esos recursos financieros necesarios, porque esa es una visión integral y con plena transparencia.
¿Este riesgo que ve de la independencia tiene que ver con la controversia que presentaron ante la Suprema Corte contra la Constitución de la CDMX?
—En primer lugar quiero dejar claro que la constitución de la CDMX es un gran punto de partida, es una constitución de avanzada. Pero también debo dejar en claro que en el momento que un poder se entremete en el ámbito y en la competencia de otro poder, se pierde la autonomía y esa pérdida repercute directamente entre quien imparte justicia. No podemos ser una justicia, bajo ninguna circunstancia, una justicia politizada.
Otro punto importante es sobre si estoy a favor de la controversia, claro que estoy a favor que cuando protesté como juez, como magistrado y como presidente, lo hice para guardar y hacer guardar la Constitución federal, es el marco de referencia, es la piedra angular de todo el sistema jurídico mexicano y bajo esa circunstancia no podemos permitir algo que rompa con la constitución y que vaya en contra y simplemente debemos analizar y hay que voltear a las demás entidades federativas, hay que voltear a la organización y visualizar la organización del poder judicial federal y cuál es esa organización.
¿Van a ir hasta el final?
—Como tribunal tenemos plena confianza en las instituciones, somos muy respetuosos del Estado del derecho y somos muy respetuosos de las decisiones que tome la Corte. Sabemos que la Corte tomará la mejor determinación y se respetará de manera estricta.