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Una lista de por lo menos 21 establecimientos mercantiles con cambios de uso de suelo apócrifos y sembrados de manera ilegal, con un pago de un millón de pesos en la delegación Cuauhtémoc, tiene en jaque a vecinos de las colonias Hipódromo y Roma.
Desde hace tres años, un grupo de colonos se dio a la tarea de llevar a cabo una investigación rigurosa sobre los usos de suelo en la zona y detectó que durante la administración del ex delegado perredista Alejandro Fernández fueron expedidas varias licencias de funcionamiento de manera irregular y firmadas por el entonces director Jurídico y de Gobierno, Eduardo Lima.
El problema es que los usos de suelo no coinciden con lo que tiene inscrito la Secretaría de Desarrollo Urbano y Vivienda (Seduvi), por lo que se presume que para obtener la licencia de estos giros se usaron documentos apócrifos en la delegación Cuauhtémoc.
Los usos de suelo fueron mostrados a EL UNIVERSAL y datan de 1992, con una firma que es un facsímil a nombre de un tal “Rocha”, que no concuerda con los certificados originales que tiene la dependencia capitalina.
Esta situación ha permitido que empresarios reconocidos obtengan una licencia de funcionamiento para establecer bares o incluso proyectos lúdicos sociales como el Comunal Condesa, en la calle de Campeche 367.
Dentro de estos 21 establecimientos con cambios de uso de suelo presuntamente apócrifos que están en investigación se encuentran los de Campeche 367 y Zacatecas 194.
De acuerdo con los vecinos, quienes por temor a represalias omiten sus nombres, en estos lugares está involucrado un grupo de inversionistas de entre 35 y 60 años de edad. Muchos con actividades intelectuales artísticas como el actor Plutarco Haza; Adriano Numa, crítico de la revista Tiempo Libre; el reconocido arquitecto Alberto Marconi; Gabriel Retes, productor de cine, así como periodistas del medio artístico y político.
Una carta enviada a los colonos para disipar las dudas sobre la construcción de este espacio lúdico muestra que estas personas están detrás de este proyecto, que también se intenta llevar a cabo de manera irregular en la calle de Zacatecas número 194.
Después de analizar los documentos y renders en poder de los vecinos, se aprecia que es el mismo proyecto, los mismos socios y el mismo modus operandi.
Incluso en la carta firmada por los inversionistas se argumenta que se dieron a la tarea de restaurar el inmueble de la época porfiriana; detallan que se contrataron artesanos, restauradores y un equipo de 30 personas para ejemplificar algunos de los trabajos de remodelación; que incluso trajeron artesanos de Puebla.
Sin reserva, los intelectuales aseguran que se trata de un negocio familiar con los señores “Altaled”, socios del establecimiento y que las actividades que se pretenden desarrollar en el inmueble de Zacatecas 194 son lecturas de obra de teatro, lecturas de guiones cinematográficos, exposiciones de arte, subasta de antigüedades, todo esto en un horario respetando la ley.
El mismo concepto
Por la falta de transparencia en esta construcción, los responsables del proyecto, dicen que han sido víctimas de agresiones, insultos, de actos vandálicos, como graffitis, por lo que analizan la posibilidad de presentar denuncias ante el Ministerio Público.
Lo grave de esta situación es que no existe licencia de funcionamiento para llevar a cabo este proyecto lúdico ni en los expedientes de la Seduvi. La dependencia local a cargo de Felipe de Jesús Gutiérrez tiene certificados de uso de suelo habitacional.
Los colonos acusan que detrás de estas irregularidades están el empresario ex dueño del Asia de Cuba, Alejandro Rubio, y el socio del restaurante Mexsi Bocú, Miguel Anda.
Certifican que la delegación Cuauhtémoc está enterada de estas irregularidades desde noviembre de 2015, cuando se le presentaron los documentos al entonces director Jurídico y de Gobierno, Pedro Pablo de Antuñano. No se hizo nada al respecto y tampoco lo hizo quien se desempeñaba como fiscal, Zuleyma Huidobro.
Según los vecinos, Huidobro se comprometió a ver este asunto y no ha hecho nada.
¿Opacidad o tolerancia?
Desde mayo del año pasado se han realizado obras irregulares tanto en las calles de Campeche como en Zacatecas, supuestamente apegados al artículo 62 del Reglamento de Construcción, que permite llevar a cabo una obra menor de construcción.
Además, indicaron que sólo harían un cambio de piso de madera, pintura al interior, modificación de un sanitario y colocación de tabla roca. Mintieron, por lo menos en la casa de Zacatecas 194 le dieron en la torre y después empezaron a construir. Hay fotos que certifican lo dicho por los inversionistas.
El techo y las escaleras que se construyen son iguales tanto en los predios de Campeche y Zacatecas. Lo confirma también un render, en poder de esta casa editorial, del proyecto en el que se aprecia la intención de edificar una librería- biblioteca, un comedor, un huerto, una ludoteca, por mencionar algunos aspectos.
El artículo 42 de la Ley de Desarrollo Urbano estipula cambios de uso de suelo a un bajo impacto, incluso hay una norma que dicta que si el inmueble es catalogado puedes hacer en tu casa al 100% un bajo impacto. Sin embargo, lo que están haciendo va contra la ley, acusan.
En el polígono Roma Condesa hay más de 10% de inmuebles del Siglo XX, catalogados como área de conservación patrimonial.
Uno de ellos es el de Campeche 365, al lado de donde se pretende construir el espacio lúdico social Comunal. Está catalogado y también el de Zacatecas 194 por Bellas Artes.
Para obtener permiso de obra se debe pasar por dos instancias: Seduvi, en la Dirección de Patrimonio Urbano, y por Bellas Artes.
El inmueble de Campeche 367 como está colindante sólo tiene que avisar a Bellas Artes que va a realizar una obra y a Seduvi.
En estos dos casos, a consideración de los inconformes, los inversionistas han mentido porque dicen que van a hacer una obra menor cuando será mayor. En ambos no se respeta obra por estar en área de conservación patrimonial ni tampoco uso de suelo.
El Uso de Suelo de Campeche 367 es vivienda y hasta el momento hay sellos de clausura, pero continúan los trabajos que son disimulados a través de lonas negras. Nadie hace nada al respecto, no hay sanción para quien violente la ley ya que estos sellos no fueron colocados en las puertas para impedir el paso.
El rey de los certificados apócrifos
Aunque está penado, en las inmediaciones de Santo Domingo cualquier persona puede obtener una credencial de elector y hasta un certificado de uso de suelo.
Un documento de uso de suelo oscila en los 700 mil pesos y para llevar a cabo el trámite no hay mayor complicación, tampoco lo es cuando alguien acude con un notario público para solicitar la certificación de un documento, obviamente esto no quiere decir que sea original.
Los vecinos dan cuenta qué tan fácil es lograr un documento de este tipo, en donde hasta se puede una fe de hechos por parte de un fedatario oficial: “Sembrarlo vale un millón de pesos”.
Sostienen que los inversionistas para lograr este permiso de funcionamiento hay un pago extra de entre 50 y 120 mil mensuales a alguien de la delegación que permite este tipo de irregularidades, por lo que demandan al delegado Ricardo Monreal que haga valer la ley.