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Dolor de cabeza, ardor de ojos, sangrado y resequedad de nariz son los malestares más frecuentes de las personas durante las contingencias.
En entrevista, la titular del Departamento de Investigación en Medicina Ambiental del Instituto Nacional de Enfermedades Respiratorias (INER), Patricia Sierra Vargas, afirmó que los efectos físicos por altas concentraciones de contaminantes se dividen en dos: agudos y crónicos.
Los malestares agudos corresponden a los mencionados anteriormente, a ellos se suman dolor de garganta, tos y mayor producción de moco; los malestares crónicos como epoc y asma se agravan.
En diversas ocasiones, dijo, la gente no pone atención en los efectos agudos que ocasionan los altos índices contaminantes, pues son malestares que no requieren ir al médico
Refirió que través de estudios epidemiológicos y estadísticos, se ha detectado un aumento en el número de consultas por enfermedades respiratorias durante la temporada de contingencias ambientales.
“El año pasado durante las contingencias tuvimos un incremento en las consultas, pasamos de 109 en los primeros 13 días de marzo previo a la contingencia a 240 en abril; para finales de junio teníamos 219.
Este tipo de estudios, abundó, se realizan en ciudades como la CDMX, que realizan monitoreo y mediciones de los niveles contaminantes.
Recomendaciones a la salud. Para prevenir malestares físicos por contaminación, la especialista exhortó a la población a permanecer el menor tiempo posible al aire libre, y no exponerse a los rayos ultravioleta.
Tomar mucha agua para mantener, consumir frutas de temporada y verduras de hoja verde que tienen más antioxidantes. Para las personas que padecen de enfermedades respiratorias crónicas, Patricia Sierra recomendó no suspender tratamientos.