La Arquidiócesis Primada de México informó que el estado de salud del sacerdote José Machorro, quien fue apuñalado el pasado lunes en la catedral metropolitana, es grave. Se dio a conocer que el padre sufrió un infarto al miocardio y fue necesario intubarlo, ahora permanece en terapia intensiva y se prevé un desenlace fatal.

Hace unas horas, el parte médico indicaba que el clérigo sufrió de una “bradicardia importante”, que se trata de una baja en la frecuencia cardíaca.

Gerardo Rodríguez Diez, cardiólogo – electrofisiólogo explicó a EL UNIVERSAL que el ritmo cardiaco normal es de entre 60 a 100 latidos por minuto, que son los impulsos que debe haber del corazón, sin embargo, la bradicardia ocurre cuando la frecuencia del órgano baja a menos de 50 latidos por minuto.

Advierte que el problema puede ser secundario o fisiológico, “cuando dormimos puede bajar la frecuencia cardíaca, pero es algo normal, también puede ocurrir en personas muy entrenadas, por ejemplo en las que corren maratón o hacen ejercicio de alto impacto”.

En el caso del padre Machorro, precisó que se trata de una bradicardia secundaria, en la que el corazón no está respondiendo porque hubo una lesión externa al órgano, lo que produce la baja de los latidos por minuto.

El especialista en cardiología, detalló que el tratamiento para la bradicardia depende de los síntomas y contexto del paciente, pero en su mayoría son paliativos y lo único definitivo es un marcapasos implantable, dispositivo que tiene la capacidad de detectar si no existen latidos y estimular para que se contraiga el corazón.

ml

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