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El titular de la Agencia de Gestión Urbana de la Ciudad de México, Jaime Slomianski, dijo que la tecnología licitada y contratada para arrancar la planta de termovalorización, entre agosto y principios de septiembre, no es experimental ni tampoco provocará problemas a la salud pública.

A las organizaciones ambientales, principalmente de Greenpeace, que han cuestionado esta planta que permitirá aprovechar el valor calórico de la basura para transformarla en energía, les aseguró que no afectará la salud de los capitalinos y mucho menos a los aledaños al Bordo Poniente, donde será instalada la planta.

El city manager aseguró que se trata de una tecnología probada con más de mil 400 plantas en todo el planeta. “Si estas tecnologías que tienen más de 30 años funcionando en Europa, Norteamérica y Asia fueran o contribuyeran a daños a la salud de las comunidades habría más de mil gobiernos irresponsables en el mundo promoviendo tecnologías para contaminar sus ciudades y causar un daño a la salud”, reviró Slomianski.

Ante diputados locales de las Comisiones Unidas de Gobierno y de Preservación del Medio Ambiente, Protección Ecológica y Cambio Climático en la Asamblea destacó que los europeos, que tienen el mayor control de medidas de contaminación, cuentan con este tipo de plantas.

Recordó que la Ciudad de México está entre las cinco ciudades que más generan basura en la tierra.

Frente a Leonel Luna y Xavier López Adame, presidentes de las comisiones y quienes preguntaron la razón de por qué elegir a la empresa Proactiva, filial de la firma francesa Veolia, para construir la planta, el titular de la agencia respondió que está respaldada con resultados ambientales satisfactorios en Finlandia, Suecia, España, Portugal, Francia, Alemania, Holanda, Japón y China, en donde llevan operando por más de 25 años estas plantas.

Al menos 45 organizaciones dedicadas a la defensa del medio ambiente han denunciado que la empresa Veolia enfrenta demandas en tribunales internacionales por incumplimiento de contrato en Egipto, Lituania y Marruecos.

En Michigan, Estados Unidos, fue acusada de ocultar la contaminación del agua con plomo, acusan.

Federico Cásares, director de Desarrollo de Negocios de la empresa Proactiva, negó que la razón de estas demandas se deba a un asunto de contaminación. “Son temas contractuales, pero no por situaciones ambientales”, recalcó.

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