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Durante los últimos 15 días las ejecuciones no han parado en las delegaciones de la zona sur de la Ciudad. Ocho fueron los homicidios en ese lapso, de entre los que se incluyen a dos policías de la procuraduría capitalina que fueron asesinados en sus días francos a mano de mujeres.
El incremento en los homicidios en Tláhuac, Xochimilco, Iztapalapa y que se ha extendido hasta Coyoacán y Tlalpan, se debe, según información de inteligencia de la Policía Federal, así como trabajos realizados desde hace dos años por la procuraduría en la zona, a la disputa interna de todo ese corredor entre miembros del llamado Cártel de Tláhuac.
En base a los expedientes delictivos de los ejecutados —a excepción de los agentes de la PGJ— se ha determinado que son vendedores de droga al menudeo, así como los denominados halcones. Para hacer frente a esta ola delictiva se ordenó un operativo de infiltración en las zonas de influencia del presunto líder del Cártel de Tláhuac, Felipe de Jesús Pérez Luna, conocido como El Ojos.
La misma autoridad local identifica a Los Ratones como los gatilleros al servicio de la organización delictiva. Ésta célula criminal está compuesta por menores de edad, taxistas y mototaxistas, quienes informan de la incursión de elementos federales en los operativos así como de grupos contrarios que buscan apoderarse de los puntos de venta de droga.
El informe detalla que se han detectado cinco casas de seguridad pertenecientes al Ojos y por lo menos 200 puntos de venta sólo en las delegaciones Tláhuac y Xochimilco, donde también desde el año pasado la presencia policiaca ha disminuido, pues anteriormente en el sector Zapotitla y Mixquic, a cargo de la policía capitalina, se tenían 300 elementos.
Actualmente se cuenta sólo con 100 efectivos.
Sobre El Ojos, la autoridad tiene pocas pistas, aunque se le imputan en 18 meses 50 homicidios dolosos; hasta el momento no se le ha capturado, ni identificado, pues la última fotografía que se tiene de él data de 2010.
Se han cateado cuatro domicilio donde según la información pernocta, pero sin suerte.
