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david.fuentes@eluniversal.com.mx
La necesidad de ampliar su negocio de jugos orilló a Verónica a solicitar un préstamo. Al no tener buen historial crediticio ante los bancos, se acercó a Jairo, un colombiano quien le ha prestado a por lo menos 20 comerciantes del Mercado Portales. No pide papeles y en dos horas entrega el efectivo.
Sin embargo, las pocas ventas del año pasado le impidieron liquidar el adeudo de 50 mil pesos; ahora de puros intereses paga 5 mil pesos al mes, los cuales entrega bajo amenaza ya que cada 15 días la intimidan, y aunque a ella no la golpean, ya atentaron contra los hombres de su familia.
Es el negocio conocido como “gota a gota”, el cual ha consolidado a los colombianos como los prestamistas con mayores recursos en la Ciudad.
Aunque el proceso no es ilegal, la autoridad capitalina lo considera un ilícito, pues de esta manera se lava dinero de procedencia dudosa y los afectados no pueden denunciar ya que todo es de palabra.
Se estima que este método lo han implementado los colombianos en los principales mercados y tianguis de la Ciudad. Hay registro de ellos en las delegaciones Cuauhtémoc, Venustiano Carranza, Miguel Hidalgo, Benito Juárez e Iztapalapa, zona Centro, Tepito o La Merced; este año ya se sabe que se extendieron hasta Neza y toda la metrópoli con la misma práctica.
“Ya denuncié, pero como no hay ni un papel ni nada, todo se complica. En la procuraduría me dicen que trate de hablar con ellos para llegar a un acuerdo, pero no quieren, lo que les interesa son los intereses. No te piden nada para darte el dinero y eso hace que uno piense que es fácil.
“Ahora no me los puedo quitar de encima. Hay que pagarle los 50 mil pesos juntos, más los intereses, mientras no se pague todo, hay que dar el rédito, tengo casi un año pagando 5 mil pesos [al mes], imagínate, creo ya les dimos el doble, ya golpearon una vez a mi esposo porque les reclamó que ya era mucho”, explica la mujer quien espera que la autoridad detenga a los usureros para terminar con su martirio.
Los colombianos se mueven en motocicletas para el cobro; a decir de las víctimas, siempre andan armados y son agresivos. Se promocionan en los tianguis y mercados mediante tarjetas de presentación en las que aseguran dan el dinero en cuestión de horas son revisión crediticia alguna.
El modus operandi llamó la atención de las autoridades locales; sin embargo, no hay motivo alguno para detenerlos por lo que trabajan con personal de varias dependencias federales para rastrear el dinero.
Según la investigación de las autoridades a raíz de las quejas y denuncias de los comerciantes de la localidad, el negocio del “gota a gota” fue importado desde Colombia; aquí se empezó a popularizar en 2014.
El dinero también proviene de aquel país y según investigaciones de agencias estadounidenses en coordinación con las colombianas, sirve para lavar efectivo ilícito. Aquí las investigaciones no han revelado quién es el personaje que encabeza las operaciones ni el origen del capital.
Se tienen detectadas a por lo menos tres células encargadas de promover los prestamos. Ellos mismos hacen los cobros intimidando a quienes caen en la trampa; de estos hay fotografías, placas de motocicletas y por lo menos dos centros de operaciones identificados.