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Tacos de chicharrón, atún con mayonesa, pollo rostizado y carnitas conforman parte del almuerzo que las familias prepararon para asistir al Balneario Olímpico, en la delegación Iztacalco, y celebrar así el Sábado de Gloria.
Desde las 9:00 horas de ayer, la familia Juárez llegó al lugar; ellos viven en Nezahualcóyotl, en el Estado de México, y aprovecharon este fin de semana para darse un chapuzón.
Son 15 integrantes y pagaron 50 pesos por cada adulto y 40 por los pequeños, pero aseguran que la diversión “nadie se las quita”.
Entre toallas, sombrillas, algunas tiendas de campaña y cientos de personas, está familia se dispersó por todo el centro para meterse a nadar.
Bajo los rayos del sol, las personas se lanzaban a alguna de las tres albercas, dejando al lado las instrucciones de los más grandes de la familia, pues no reposaban después de comer.
“Ya nadie hace caso, los muchachos comen y se meten, a ver si nos les da algún calambre, antes de tenía más cuidado en eso, pero todo cambia”, dijo la señora Irma, quien acudió con ocho de sus nietos y dos hijos.
Niños de todas las edades corrían de un lado a otro, su mamás aprovechaban para tomar el sol y tomar un poco de bronceado, tal como si hubieran ido a alguna playa.
“No hay dinero para salir de la Ciudad, así que nos venimos a nadar un rato, y esperemos tener un bronceado espectacular”, dijo Alicia Padilla.
Los tatuajes salieron a relucir, nombres, personajes religiosos y algunas grecas eran los que más se observaban en los cuerpos de los que nadaban.
“Enseñando panza sexy, pero todos estamos bien divertidos, nadie nos lo quita, está muy divertido el ambiente y aunque no podemos ir a otro lado por nuestra economía, estamos contentos”, comentó Luis.
Concordia. Vecinos de las delegaciones Venustiano Carranza, Iztapalapa e Iztacalco, además de municipios como Nezahualcóyotl y Chimalhuacán, se dieron cita en el balneario que está a unos metros de la estación Pantitlán del Sistema de Transporte Colectivo (STC) Metro, y sin tener conflictos, todos aprovecharon las albercas, algunos mostrando sus aptitudes para el nado y otros tratando de no ahogarse.
Algunas personas recuerdan que hace unos años, cuando Marcelo Ebrard era jefe de Gobierno en el entonces Distrito Federal, el Balneario Olímpico era una de las playas gratuitas que cada Semana Santa abría sus puertas para los que se quedaban en la Ciudad de México durante las vacaciones.
“Había mucha gente en esos días, nosotros no teníamos nada que hacer y nos veníamos diario, ahora ya cuesta, así que venimos de vez en cuando”, dijo Miriam Rosales.
Conforme pasaba el tiempo y las albercas se comenzaron a llenar, el agua de los tres tanques pasó de un turquesa leve a un verde turbio.
