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En silla de ruedas llega la señora Rosario Alarcón Báez al recién remodelado Balneario del Bosque de San Juan de Aragón, son cerca de las 09:45 horas.
Al igual que ella, familias enteras esperan ansiosas ingresar al lugar. En la entrada, personal de logística realizaban una breve revisión a las mochilas y bolsas que llevaban los asistentes.
“No se permiten objetos de aluminio, bebidas alcohólicas, envases de vidrio o algún otro objeto que pueda provocar lesiones”, anuncia una voz a través de las bocinas en el recinto.
Al no saber qué tipos de alimentos y objetos se pueden introducir al recinto, la familia de Rosario sólo trajo una bolsa de naranjas; esto no hace que su ánimo decaiga y asegura que se organizarán y estarán mejor preparados para la próxima vez que vengan.
Acompañada de su hija, sus nietos y sobrinos se trasladó desde su casa en la colonia Providencia, de la delegación Gustavo A. Madero, hasta este lugar para disfrutar del sol y de las albercas que ya se encuentran abarrotadas por niñas, niños y padres de familia.
“Cuando llegamos ya había mucha gente, no alcanzamos camastros ni sombrillas, tampoco hamacas, pero el día de mañana vamos a llegar más temprano para alcanzar un buen lugar”, dice Rosario, quien se sienta debajo de un árbol para protegerse de los fuertes rayos del sol.
Sonríe al ver a sus nietos gritar y brincotear en las albercas, pero aún así no se anima del todo a sumergirse en las frías aguas: “Sí me voy a meter, más al ratito; ahí está la silla de ruedas para que pueda entrar al agua. Es una excelente idea que haya espacios para personas con alguna discapacidad y que no nos limiten para realizar actividades y convivir con nuestra familia”.
El aroma a cloro es penetrante, por momentos pareciera que en las albercas ya no cabe ni un alfiler.
Los visitantes lucen coloridos trajes de baño, como Estela Fragoso, quien junto con su esposo e hijos vinieron a disfrutar el agua, desde Iztacalco.
“Es muy bueno que haya este tipo de actividades en la Ciudad. Muchos no tenemos la posibilidad de vacacionar fuera de la capital y por eso estamos aquí”, dice Estela, quien confiesa que de último momento decidieron venir y sólo traen botanas para comer.
Acceso universal. En entrevista con EL UNIVERSAL, la directora general de Bosques Urbanos y Educación Ambiental de la Secretaría del Medio Ambiente (Sedema) de la Ciudad de México, Rosa María Gómez Sosa, explica que las nuevas instalaciones del balneario están pensadas para todos: “Acceso en la rampa, tenemos mapas hápticos, guías para personas ciegas, es de accesibilidad universal.
“Tenemos una alberca con rampa para sillas de ruedas especiales [hechas de plástico] para poderlas meter al agua. La intención del balneario es que sea para todo público” manifestó.
La Secretaría de Medio Ambiente (Sedema) dice que el Balneario del Bosque de San Juan de Aragón ha registrado una afluencia que ha ido en aumento desde su reapertura. El domingo pasado recibió a mil 712 personas; el lunes, a mil 210; el martes, a 2 mil 408, el miércoles, a 3 mil 118, y estes jueves Santo a las 09:00 horas ya tiene una afluencia de mil 500 asistentes.
El costo para ingresar es de 58 pesos; sin embargo, estas vacaciones de Semana Santa, es gratuito. El balneario se ubica en Loreto Fabela s/n, Bosque de San Juan de Aragón Segunda Sección, delegación Gustavo A. Madero, con un horario de atención de martes a domingo de 06:00 a 18:00 horas.
Entre los bañistas hay personas de todas las delegaciones de la Ciudad de México, así como de los municipios conurbados. Quienes llegaron desde las 06:00 horas son los afortunados en alcanzar un buen lugar y apropiarse de los espacios en donde hay camastros, hamacas y sombrillas, para el mayor disfrute de la larga jornada de diversión y convivencia que planean tener.