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Mientras las autoridades daban a conocer el arranque de los operativos para disminuir los robos a casa habitación y garantizar la seguridad de visitantes y vacacionistas durante la Semana Santa, los delincuentes actuaron. El sábado pasado un departamento de la colonia Roma —ubicado justo frente a la Fuente de Cibeles— fue saqueado por delincuentes a plena luz del día.
Todo quedó grabado en las cámaras de seguridad del inmueble. El robo ocurrió a las 15:40 horas según el registro. Los delincuentes —tres hombres y dos mujeres— estuvieron 40 minutos en uno de los departamentos, lo que les dio tiempo para elegir qué robar; joyas, dinero en efectivo, euros, una pantalla, dos computadoras portátiles, una cámara fotográfica y una máquina de coser.
Los delincuentes aparentemente observaron los movimientos de los habitantes, pues las víctimas dieron a conocer que el robo ocurrió minutos después de que salieran a celebrar un cumpleaños. Para las 18:00 horas que regresaron se dieron cuenta y de inmediato solicitaron ayuda a través del botón de pánico. Cinco minutos después llegó un elemento de la Secretaría de Seguridad Pública: “Lo siento mucho, si requieren otra cosa puede llamarnos al 460-382-31”, fue toda la ayuda que recibieron del uniformado.
Los afectados decidieron no denunciar al sospechar de un posible contubernio con los policías del sector. Recordaron que el año pasado el padre de una de la víctimas corrió con la misma suerte y denunció; para cuando llegó al Ministerio Público, los familiares del delincuente detenido lo esperaban para amenazaron de muerte si continuaba con el proceso legal. Prefirió no meterse en problemas y alejarse.
Cifras de la procuraduría capitalina indican que durante enero se denunciaron 528 casos, en febrero 458 y en marzo 480, dando un total de mil 466. En este mes hasta el momento no se tienen registros; sin embargo, las denuncias en redes sociales muestran que el aumento sigue.
Las investigaciones del Instituto Nacional de Ciencias Penales (Inacipe) son claras; los atracos no son al azar o fortuitos, los delincuentes saben lo que hay, cuándo salen los habitantes, y cuánto tiempo tienen para dar el golpe.
