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Como parte de los trabajos preliminares de la rehabilitación del Zócalo, autoridades locales realizaron la quinta y última perforación o cala en la plancha de la Plaza de la Constitución. Durante los trabajos no se hallaron vestigios arqueológicos.
Ayer por la mañana, una cuadrilla de seis trabajadores abrieron un hueco de un metro cuadrado y 50 centímetros de profundidad en el lado poniente de la plancha donde sólo se encontraron tres taparroscas, una tarjeta de Ladatel, piedras y envolturas de dulces.
Con la quinta cala, la Secretaría de Obras y Servicios (Sobse) de la ciudad de México finaliza la etapa preliminar del proyecto de rehabilitación del Zócalo. La siguiente etapa dará inicio en un mes, aproximadamente, con lo que comenzará la demolición de la loseta que actualmente conforma el piso, y la colocación de la nueva plancha.
En entrevista con EL UNIVERSAL, el titular de la Sobse, Édgar Tungüí Rodríguez, dijo que para la siguiente etapa no habrá presencia de “grandes” maquinarias.
“Como es muy poco el material que se tiene que retirar no necesitamos de maquinaria muy pesada para hacerlo; no requerimos grandes excavadoras con las que se han visto en otras obras, es maquinaria más chica.
“Lo que sí verán [en el Zócalo] son ollas de concreto para ir haciendo el colado de las piezas”, explicó el funcionario capitalino.
Reiteró que los trabajos se realizarán por cuadrantes.
Trabajos cuidadosos. Sobre la excavación de las calas, el secretario detalló que se encontró tepetate, que es una arcilla que se utiliza en las construcciones para rellenar y dar soporte. Se tomó una muestra para conocer la capacidad de carga, composición y compactación de dicho material.
El análisis de la tierra tardará entre tres y cuatro días, pues la dependencia entregará la información correspondiente al Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) el próximo miércoles para continuar el proceso.
Explicó que se realizaron sólo cinco calas a petición del INAH, el cual también solicitó a las autoridades locales la entrega del proyecto ejecutivo de las obras que incluye detalles como el proceso constructivo, la profundidad de las excavaciones, el tipo de material y los acabados.
“La distribución de las calas fue una en cada esquina y una al centro de la plancha, fue de manera aleatoria y ellos así lo dispusieron.
“Ellos se llevan esta información, lo importante es que verificaron que en estos 50 centímetros no hay ningún vestigio o situación que pudiera impedir que se construyera algo en la plancha del Zócalo”, dijo.
Recordó que la última intervención del primer cuadro de la Ciudad se realizó hace 50 años.
La presente administración destinó 150 millones de pesos para las obras de rehabilitación del Zócalo, que incluye la colocación del concreto hidráulico y la habilitación de ocho cruceros seguros.
