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diana.fuentes@eluniversal.com.mx
A Ricardo Monreal, delegado de Cuauhtémoc, no le preocupa la eventual conformación de un bloque de jefes delegacionales de Morena para apoyar a Claudia Sheinbaum en su aspiración a ser candidata para contender por el Gobierno de la Ciudad en 2018.
Todo lo contrario, el político zacatecano les desea suerte y que Dios los ayude porque él, dice, les ganará a la buena, sin trampas ni descalificaciones.
Sin disimulo, admite a EL UNIVERSAL que será la contienda interna más polarizante, desgastante y también apasionada de la historia, porque quien resulte candidato, en automático, será el próximo jefe de Gobierno.
Aunque su compañera de partido Claudia Sheibaum, delegada de Tlalpan, considera que no hay una historia en común por su carrera política con otros partidos, Monreal recuerda que la política no es sectaria ni elitista.
“No hay que descalificar por el origen, en materia ideológica no existe el puritanismo, somos falibles, humanos. Andrés [Manuel López Obrador], Cuauhtémoc [Cárdenas] y yo provenimos del PRI, entre muchos otros. Sigo teniendo amigos, puedo platicar con todos, no me asusta sentarme a platicar porque el futuro gobernante de esta Ciudad no puede generarse estigmas ni telarañas ideológicas de sólo hablar con los suyos”, argumenta.
Sostiene que aunque pareciera que Morena no necesita aliados no se debe desdeñar ninguna posibilidad de acuerdos, fundamentalmente con la izquierda. Ve de lo más normal una alianza entre el PRD y el PAN en la Ciudad; la respeta y advierte que no tiene por qué cuestionar o intervenir en una línea política de conducción.
A sus opositores les aclara que no se separará de este movimiento progresista que encabeza López Obrador y en el que ha invertido 20 años de su vida.
En el PRD siempre ha existido fuego amigo, ¿en Morena también?
—Si en este momento fueran las elecciones Morena ganaría con un porcentaje muy alto, entre 14 y 16 puntos. No tengo ninguna duda de que Morena ganará la Ciudad y que eso hace la contienda más polarizada, desgastante y apasionada. Creo que la dificultad no es solo ganar sino gobernar, la Ciudad está en un momento crítico, en donde los problemas se generan en un clímax que no habíamos visto.
¿Ya se sentó a platicar con Martí Batres y Claudia Sheinbaum para hablar de sus aspiraciones?
—Sí me he reunido con ellos, lo que le garantizo es que de mi parte no habrá diferencias internas. Mi aspiración principal es que Andrés Manuel sea Presidente de la República, lo demás queda subordinado a este interés superior que me he trazado como meta principal. Tengo 20 años luchando a su lado, desde 1997 que fui candidato externo del PRD en Zacatecas, desde entonces me vinculé a Andrés Manuel. Tengo 20 años invirtiendo mi vida, mi tiempo a este movimiento.
Es la primera vez que estamos en una posición de privilegio por la aceptación ciudadana, sería tonto de mi parte y suicida intentar ahora separarme de este movimiento, no sólo sería absurdo sino ilógico políticamente, que hemos batallado 20 años y que cuando estás a punto de lograr un sueño, de un movimiento, pretendas salirte de este movimiento.
¿Le preocupa no tener coincidencias por su política del pasado? ¿A quién ve más como rival (Sheinbaum o Batres)?
—No se va a poder gobernar desde el punto de vista faccioso, monopartidista y excluyente. Veo con mucha claridad que la Ciudad de México tiene problemas severos que atenderse y por eso creo que el diálogo con todos no te demerita, no te estigmatiza ni te excluye de una contienda democrática.
No hay que descalificar por el origen, en materia ideológica, no existe el puritanismo. Somos falibles, humanos.
De Martí tengo excelente opinión, es un dirigente social, lo califico como un buen dirigente.
No veo a nadie más como rival, somos amigos, si sale Martí arriba en las encuestas, me parece excelente; si fuera Claudia me parece excelente, es una mujer valiente, inteligente, capaz, con una trayectoria indiscutible y si fuera la candidata y jefa de Gobierno ganaría la Ciudad como ganaría Martí.
¿Y usted?
—Yo les voy a ganar a la buena, no con trampas; como se estile, como se apruebe por la Asamblea, si es por consulta, encuesta. No queremos descalificar nadie, los vamos a necesitar, los tres, quien sea, va a necesitar a los otros dos y es una torpeza descalificar por debajo de la mesa o por arriba, en lo oscurito o en la publicidad. No creo en eso, no voy a contribuir a la división de Morena porque si está a punto de ser el Gobierno de la Ciudad va a necesitar de todos, no puede excluirse a nadie y tiene que platicarse con todos.
¿Le inquieta el bloque de los jefes delegacionales de Morena?
—Nada; es más, les deseo suerte, que Dios los ayude, les deseo suerte a los cuatro y también a los que se sumen de la estructura del partido. Me preocupa convencer a la base militante de Morena, a los fundadores de Morena, a los simpatizantes de Morena. No tengo ningún inconveniente, está bien, les deseo suerte y voy a luchar por la vía limpia y les voy a ganar a la buena.
Todo comenzó desde la asignación del presupuesto de este año en la Asamblea, ¿ahí comenzó la división o fractura, porque a usted se le otorgó mayor presupuesto?
—Noo, ¡me quitaron presupuesto! Pero yo digo que nos afectaron a todos, no acepto que haya sido beneficiado únicamente, ellos tienen su plan, lo respeto. Hablé con todos los coordinadores de los grupos parlamentarios para pedirles que no se afectara la delegación, hablé con el PRD, PAN, PRI, con Morena, hice mi trabajo tratando de influir en su ánimo de opinión para que no se lastimara a la Cuauhtémoc.
Para que no se dé una división, ¿está dispuesto a sentarse con los jefes delegacionales de Morena?
—Sí, claro, yo prefiero un debate ideológico, político y de propuestas, que seguramente vamos a llegar a eso cuando Morena convoque. No me preocupa, les deseo suerte, de verdad se los digo. Tengo una relación de respeto, ellos decidieron libremente apoyar a una de los aspirantes y está bien.
Entre nosotros no habrá división, sectarismo, no habrá conformación de tribus ni de corrientes. Desde ahora afirmo que quien gane la encuesta tendrá mi respaldo y mi respeto.
Y al delegado Ricardo Monreal, ¿quién lo apoya?
—La base, la base social, la base militante, la mayoría, porque en las encuestas todavía salgo arriba, seguramente hay de todo. Tampoco me preocupa, no me va la vida, sino soy jefe de Gobierno no me va la vida, no soy un ambicioso vulgar, no tengo ningún problema, no me voy a suicidar, tengo a una familia extraordinaria, soy feliz, tengo a una esposa desde hace 32 años y mi vida gira en torno a mi trabajo. Ni es el poder ni es el dinero lo que me mueve a ser jefe de Gobierno.
¿Qué le dice Andrés Manuel López Obrador?, ¿ya se reunió con él?
—Nos hemos reunido varias veces, él está luchando, yo estoy luchando, tenemos el mismo propósito, conversamos de política, de cómo está la situación del país. Siempre cordial y amable. Tengo una relación cercana, de afecto, nunca voy a pelear con él, nunca voy a traicionarlo porque es el único mexicano que puede cambiar al país, sería un contra sentido y una actitud poco seria el que tengamos diferencias. Ahora es su mejor momento, lo acompañé en los peores, ahora siendo el mejor momento sería un contrasentido o que esté pensando en otra cosa.
¿Y él lo acompaña a usted en sus peores momentos?
—Sí, siempre, ha sido recíproco y ha sido congruente, es un político excepcional, un hombre honesto y un hombre que necesita la República.