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Escondido entre los vehículos, don Mario espera a que algún clientes llegue. Es cuestión de minutos cuando un auto se estaciona frente a él, se saludan, intercambian lugar y a bordo del automóvil se retira, pero antes recibe 30 pesos por su servicio de viene-viene.
Es franelero desde hace más de 15 años, pero en los últimos años su trabajo ha disminuido, dice que no ha podido cambiar su labor porque no cuenta con conocimientos para sacar adelante de otra forma a su familia.
“De algún lado tenemos que buscarle, la vida esta muy cabrona cuando no cuentas con estudios o algún oficio, haciendo esto no molestamos a nadie y podemos llevar el pan a nuestras casas”, comentó Mario.
El hombre de 45 años de edad aproximadamente trabaja en las calles de la colonia Roma Norte, en la delegación Cuauhtémoc, donde aún no se han instalado los parquímetros. Desde hace 6 años no puede apartar lugares, por lo que ahora tiene que buscar un espacio para los vehículos que les son encomendados.
“Antes poníamos una cubeta o algo para apartar el lugar, pero ahora nosotros nos las arreglamos para poder estacionar el vehículo unas calles adelante, pero teniendo cuidado de que no les hagan nada”, explica.
Desde las siete de la mañana el hombre, junto con otros sujetos, se acercan a su zona para cuidar los vehículos, algunos estudiantes de una universidad cercana son sus principales clientes, además de comensales de los restaurantes que se localizan en la colonia y corredores que asisten a los parques.
“Los estudiantes son la mayoría de los clientes, pero también están los que vienen a comer o al parque, antes teníamos más lugares y por lo mismo, había más ganancias”, comentó.
Asegura que actualmente gana entre 200 o 300 pesos diario, pero hace unos años, cuando no tenían prohibido estacionarse en los parques y arriba de la banqueta, sus ingresos eran el doble, alrededor de 600 o más en un día.
“Teníamos hasta 100 lugares y aún así no nos dábamos abasto, gracias a eso compré un terrenito en el Estado de México y construí mi casita, por eso ahora no sufro de pagar renta, además pude sacar adelante a mis hijos”, recuerda el hombre, mientras espera la llegada de algún cliente.
Actualmente don Mario se tiene que esconder para trabajar, va cazando a sus clientes frecuentes, quienes esperan en doble fila a que llegue y pueda estacionar su vehículo, comenta que no ha tenido problema con la policía, aunque cuando ha sido necesario sí lo han remitido ante un juez cívico.
“No tenemos problema con las autoridades, sólo cuando hay operativos, nos piden los patrulleros el apoyo y nos remiten, solo pagamos una multa de 100 pesos, anteriormente dabas el dinero y te votaban, ahora ya te llevan, te registran, te hacen tu boleta y pagas 100 pesos”, relató.
Mario señaló que mientras ellos están siendo criminalizados por las autoridades, les están dando paso a los valet parking, pues en los operativos ellos no han sido afectados ni retirados como a los franeleros.
“No nos peleamos con ellos, pero no se vale que nadie les hace nada, ellos incluso cobran 30 pesos para mover el vehículo, pero también les cobran a sus clientes el parquímetro; de eso las autoridades se hacen de la vista gorda y no lo ven, pero también afectan a los vecinos, y esos sí ganan mucho más que nosotros”, acusó.
La delegación Cuahtémoc, realizo un mapeo donde pudo ubicar que en 15 de 33 colonias de la demarcación aún hay presencia de franeleros.
Ricardo Monreal Ávila reconoció el lunes pasado que una de las problemáticas de seguridad y protección ciudadana en la vía pública es la presencia de estas personas.
El delegado expuso que la mayoría de las quejas en la demarcación han sido por el uso de espacios por parte de los franeleros, la obstrucción de entradas o zaguanes, por cobrar tarifas altas y la comisión de delitos por parte estas personas, asociados al consumo de alcohol, drogas y narcomenudeo.
Monreal dijo que aún faltan varias colonias en la demarcación para retirar a los viene-viene, pero dijo continuará trabajando en el tema.