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david.fuentes@eluniversal.com.mx
La actividad ilegal de colombianos en delegaciones del sur de la Ciudad ha llamado la atención de las autoridades locales. Durante la semana pasada se registraron diversos homicidios dolosos en Xochimilco, donde tres de las víctimas resultaron ser de origen sudamericano, todos cayeron abatidos con indicios de ejecución.
La base de datos de la procuraduría capitalina reveló que dos de las víctimas tenían antecedentes penales por robo a casa habitación, mientras que a la tercera se le vincula directamente con la distribución de drogas al menudeo, estos aparentemente empezaron a vender enervantes en aquel sector, lo que molestó a las células mexicanas que operan ahí.
Por esta situación, el trabajo de la PGJ ha incrementado en todo el sector, donde los patrullajes, así como los trabajos de inteligencia, se han duplicado. Agentes allegados a los expedientes del sector sur dieron a conocer que se está “acorralando” a uno de los supuestos capos que operan en la zona sur de la Ciudad.
A éste se le rompió el primer círculo de seguridad, lo cual quedó en evidencia cuando se registró una balacera en las inmediaciones de la delegación Iztapalapa, donde los agentes de la Policía de Investigación fueron atacados a tiros, dejando como saldo dos delincuentes sin vida así como dos oficiales mal heridos.
Con la información recabada en el lugar, no se descarta que pronto se dé a conocer la detención de quien orquestó la emboscada a los agentes de la Policía de Investigación, quien —según las primeras investigaciones— es el antagónico de Felipe de Jesús Pérez Luna El Ojos, supuesto líder de narcomenudistas y quien —se dice— controla todo el sur de la Ciudad en este negocio y cuenta con grupo de halcones que incluyen taxistas y limpia parabrisas.
En el mismo expediente se anexaron las agresiones a los colombianos. Sobre estos, hay una investigación desde 2015 en el que comerciantes de la zona del mercado de Portales, Ermita y tianguis de la misma zona los acusan de “ajiotistas”, prestan dinero con intereses muy altos y esto les ha ocasionado problemas, pues más de uno se resiste a pagar los réditos.
Por lo que no se descarta, incluso, que hayan pedido “ayuda” a los delincuentes locales para desterrar a los colombianos de toda la zona sur de la ciudad y como consecuencia las últimas ejecuciones.
