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La tercera fue la vencida. En las dos madrugadas anteriores el pronóstico de concluir había fracasado, pero en los primeros minutos del martes 31 de enero, Armando Báez, diputado de la bancada del PRI, no se pudo contener más.
Antes de votar el último asunto pendiente tomó la palabra para agradecer el apoyo de trabajadores de logística y asesores, incluso a quienes les brindaron café y galletas en cada sesión. El también músico afirmó que se trabajó más de mil horas en el Palacio de Minería, donde se cocinó gran parte del texto.
A partir de ahí, los agradecimientos y felicitaciones se convirtieron en un festejo de los constituyentes, previo al nacimiento de la primera Constitución.
“Habemus constitución como usted lo anticipó señor presidente”, dijo Santiago Creel, coordinador del PAN, quien días antes dudaba de cumplir el plazo marcado en la Reforma Política.
“Hemos construido juntos un nuevo proyecto de vida para la ciudad”, dijo Dolores Padierna, del PRD; mientras César Camacho, coordinador del PRI, auguraba que éste “es el inicio de una larga vida de democracia y concordia para la Ciudad de México”.
Bernardo Bátiz, líder de los morenistas, comentaba que la camaradería se encuentra en la escuela y en las batallas, como lo fue esta “lucha política”.
Incluso limó asperezas con su compañero Jaime Cárdenas, “el diputado del no”, quien votó en contra temas impulsados por Morena; el propio Cárdenas se disculpó por haber agredido a Alejandro Bustos, del Partido Verde, en diciembre pasado.
Fueron casi dos horas de intervenciones y aplausos para liberar la tensión de los últimos cuatro meses, en los que parecía lejano terminar en tiempo y forma el documento.
Fue Marath Bolaños, suplente del actor Damián Alcázar, de Morena quien reclamó retomar los trabajos.
Se aprobó hasta el preámbulo escrito por Porfirio Muñoz Ledo, diputado que bien podría ser considerado el padre de esta Constitución, el cual no gustaba a PRI y PAN, que cuestionaban que tuviera “dedicatoria y un enfoque faccioso”, por lo que se hicieron ajustes.
Se efectuó la última votación del día, la parte sustantiva estaba lista.
Gabriela Cuevas y Mariana Gómez del Campo organizaron a sus compañeros para salir en una selfie juntos; Lorena Marín, del PRI, también se tomaba fotos con el decano Augusto Gómez y hasta con el presidente de la Mesa Directiva, Alejandro Encinas.
Los diputados fueron a dormir y ayer volvieron a la casona de Xicoténcatl, incluso los que días antes habían sido noqueados por la influenza, como René Cervera y Margarita Valdés.
Todos se tomaban fotografías sin importar la bancada: Beatriz Pagés, del Ejecutivo Federal; Katia D'Artigues y Miguel Ángel Velázquez, del PRD, así como Jesús Ramírez, de Morena, todos periodistas y en la misma imagen.
Los constituyentes inundaron las redes sociales con sus fotos y transmisiones en Periscope, como Kenia López, que difundía en vivo la sesión.
A las 16:03 horas, después de aprobar unos ajustes mínimos de redacción, se concretó el trabajo de los 100 diputados de la Asamblea Constituyente.
La frase que más deseó pronunciar Alejandro Encinas, presidente de la Mesa Directiva, por fin llegó. “Tenemos Constitución. Tenemos la primera Constitución Política de la Ciudad de México, muchas felicidades, debemos de estar todas y todos muy orgullosos del trabajo desempeñado”, concluyó y levantó la sesión.