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“Nadie sabe lo que pasó”, dijo Rosario Araujo Cruz, locataria del tianguis pirotécnico de San Pablito, quien escapó de las explosiones la tarde del martes y regresó la mañana del miércoles a su centro de trabajo, pero sólo encontró escombros.
Habitantes de Tultepec tuvieron un despertar de luto e incertidumbre, luego de la pesadilla registrada la tarde del martes al incendiarse el mercado pirotécnico, donde 280 locatarios comercializaban sus productos.
El olor a pólvora era tenue. Detrás de la malla decenas de personas buscaban a sus familiares, miraban los escombros de los locales, mostraban fotografías y preguntaban, suplicaban les dijeran si los había visto.
José Saldaña buscaba a Juan Antonio Alcalá y Óscar Maldonado, de 15 y 9 años. El martes los dos menores acudieron al tianguis de San Pablito junto con una mujer adulta, quien murió a consecuencia de las explosiones.
Concepción Hernández Báez buscaba a su madre Eva Báez, de 67 años, y a su hermano Yazmani, de 29 años, habitantes de Nicolás Romero. Ambos fueron a surtirse de mercancía al mercado pirotécnico y no regresaron. Con ellas iba una sobrina, de 23 años, quien corrió al empezar los estallidos y logró ponerse a salvo, pero sólo vio que sus familiares huyeron hacia el otro lado.
Otras personas, de la delegación Magdalena Contreras, de la Ciudad de México, buscaban a un hombre y su hija que fueron a comprar productos.
Lucía, vendedora de comida del tianguis pirotécnico, estuvo dentro del fuego y sobrevivió. Ella resultó con golpes, vio morir a la gente, a locatarios y clientes. También regresó la mañana del miércoles al lugar, a llorar, a tratar de entender lo que sucedió.
“Una experiencia muy dolorosa, de ver gente subir y no bajar. Carros subían y bajaban, pero aplastando a la gente. Fue muy feo”, aseguró.
Añadió: “Esto lo voy a recordar siempre y es un trauma, cierro los ojos y lo veo. Vi todo, estuve en medio de todo eso, los compañeros corrían por sus vidas, mucha gente pidiendo ayuda, aplastados, los carros cómo explotaban, la gente explotaba”.
Rosario Araujo reiteró que desconoce las causas del accidente, pues “con una chispita tronó el otro”.
Agregó que los locatarios fueron capacitados para actuar en caso de siniestro y cada puesto contaba con extintores, palas y arena.
Por la tarde, el obispo de Cuautitlán, Guillermo Ortiz Mondragón, ofició una misa en la parroquia de la Virgen de Loreto, patrona de Tultepec; los asistentes no cupieron en la iglesia y escucharon la celebración en el atrio.
El alcalde de Tultepec, Armando Portuguez Fuentes, del PRD, ofreció apoyo a los artesanos y vendedores de pirotecnia del municipio. Adelantó que el tianguis será reconstruido.
Precisó que Tultepec tiene 151 mil habitantes y al menos 20% se dedica a la pirotecnia en sus diversas fases, desde la elaboración de tubos hasta la de cohetes, castillos y piromusicales.
Portuguez aseguró que en la comunidad existen tres versiones sobre los estallidos: el primero, que a alguien se le cayó un producto no permitido y se incendió; segundo, que los locatarios recibieron amenazas de extorsión, donde les decían que iban a quemar el mercado, y tercero, que dos hombres pelearon y uno prendió el fuego.
El alcalde dijo que la Procuraduría General de la República (PGR) y la fiscalía del Estado de México determinarán las causas reales del accidente.
Insistió que brindará todo el apoyo necesario a los habitantes de Tultepec, tanto para los gastos funerarios de las personas que murieron, como para la atención de los lesionados y para la reconstrucción del tianguis pirotécnico, esto último que requerirá del apoyo de los gobiernos estatal y municipal.
Detalló que las medidas de seguridad del tianguis eran revisadas dos veces por semestre y apenas en septiembre pasado las autoridades determinaron que no había irregularidades.
Habitantes de Tultepec instalaron un centro de acopio en la concha acústica ubicada frente a la presidencia municipal, solicitan productos para velorio (café, azúcar y pan) y medicamentos para los lesionados dados de alta, pues requieren curaciones.