A poco más de un mes de instalado el operativo Bosque Seguro, en el Bosque de Tlalpan, luego de un ataque físico perpetrado contra una de sus visitantes que hacía ejercicio, corredores confirman que el dispositivo sigue vigente, aunque en menor medida, y “mal distribuido”.

En los accesos al parque continúa la vigilancia, en los circuitos principales los “puntos de control” guarecen a uno o dos elementos de seguridad, los rondines en moto y caballería son ocasionales, mientras la intranquilidad persiste en la parte alta de la zona.

Raymunda “N”, corredora en el lugar y quien caminaba a lado de su hija, dijo que “correr en la parte baja es agradable, pero hacia arriba está solo y es muy peligroso porque la vigilancia no sube; aparte de que la seguridad está mal distribuida, pues sólo está abajo y hace falta organización de parte de los policías”.

Manuel R., corredor del bosque, asegura que el ambiente del parque aún es “inseguro porque el operativo ha bajado: antes había tres o cuatro policías por puesto y hoy sólo ves a uno, y eso con el teléfono en la mano”.

En cuanto a la vigilancia “tendrían que dividirla de manera más inteligente: sin son 20 o 30 policías permanentes, quizá distribuir unos 15 en diferentes puntos, otros en motos o patrullas y los demás caminando por todo el bosque”, abundó el corredor.

En contraste, Miguel C., corredor ocasional en el Bosque de Tlalpan, comentó “[el lugar] siempre se me ha hecho muy seguro, y aunque los hechos han sido sucesos aislados, no sólo tras un ataque como ese debió instalarse un operativo; siempre debió de estar presente, por las dimensiones del sitio”.

“Sin embargo, espero que se queden los policías que están ahorita; aunque no son tantos como al principio, sí dan mayor seguridad para hacer ejercicio... y también por cualquier cosa que se pueda presentar”, agregó Miguel.

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