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david.fuentes@eluniversal.com.mx
Las autoridades del Estado y la Ciudad de México han obtenido, gracias a testimonios, dos retratos hablados de los llamados “justicieros” que operan en la zona limítrofe de la metrópoli y que han asesinado a sangre fría a delincuentes que asaltan a usuarios del transporte público.
Según los testigos, los “justicieros” tienen características tipo “militar”: son de complexión esbelta, tienen entre 30 a 35 años, de tez morena clara y el corte de pelo tipo casquete corto. Indicaron, además, que como los hechos suceden alrededor de los campos militares y en horarios en los que los elementos castrenses salen o regresan a su base, podrían ser ellos los que “defienden” a la ciudadanía.
Sin embargo, hasta el momento no se han encontrado indicios exactos que vinculen a los militares con los “justicieros”, por lo que las investigaciones apuntan a que pueden ser sicarios contratados por las células criminales que operan en la zona limítrofe con el Estado de México y que éstos realizan una especie de “limpia” en el sector, pues ahí, se tiene que pedir permiso o pagar cuota hasta para robar.
La autoridad castrense, en primera instancia, negaron la participación de los efectivos, al tiempo que anunciaron una revisión de los elementos para determinar qué elementos portan su arma de cargo cuando salen de la base.
Explicaron que el “soldado raso” —el que con más frecuencia usa el transporte público— difícilmente tiene autorización para portar su arma en sus días francos, mientras que los de alto rango sólo ocasionalmente utilizan el transporte público para llegar a su base.
Con estos argumentos se reforzó la hipótesis de que los llamados “justicieros” son asesinos a sueldo que buscan “limpiar” las zonas invadidas por nuevos delincuentes, principalmente en el Estado de México, donde, según la incidencia delictiva de septiembre del Observatorio Nacional Ciudadano, los homicidios dolosos, robos, extorsiones y violaciones incrementaron considerablemente.
La información de los agresores coincide con las características de sujetos señalados por comerciantes ambulantes y restauranteros y que se dedican a exigir el pago de cuotas en el municipio de Naucalpan y sus alrededores, por lo que, incluso, se verifican retratos hablados con fotografías ya captadas de estos agresores pertenecientes a células criminales formadas en aquella entidad por desertores de cárteles de Michoacán y Guerrero que en el Estado de México hallaron refugio.
Parte de la investigación revela también que en cuatro de los cinco casos registrados este año donde aparecen supuestos “justicieros”, se ha usado un arma calibre 9 milímetros, lo que dificulta determinar si el o los “justicieros” pertenecen a alguna corporación policiaca o a alguna célula criminal que tiene el control del área.