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Clínica de periodismo
Cada año los árboles de Navidad naturales llegan a las casas, oficinas y plazas de la Ciudad de México: sin embargo, no todos provienen de las tradicionales visitas al municipio mexiquense de Amecameca, sino también de las zonas altas y boscosas del sur de la capital.
Gustavo López Mendoza, gerente estatal de la Conafor capitalina, reveló que anualmente, a nivel nacional, “se consumen 1 millón 800 mil árboles de los cuales un millar son importados mientras que el resto son de origen nacional”.
Señaló que del total, 60% de ejemplares adquiridos provienen de la metrópoli.
López Mendoza aseguró que en la ciudad existen “75 productores de árboles de Navidad distribuidos en 175 hectáreas registradas ante la Corena, la Conafor y la Semarnat”, las cuales se localizan en cuatro delegaciones que tienen uso de suelo de conservación: Tlalpan, con 95%, y el otro 5% repartido en Xochimilco, Tláhuac y Magdalena Contreras.
Beneficios. El titular de la Conafor señaló que los principales beneficios que ofrece la producción y consumo de pinos locales son: servicios naturales, referentes a la obtención de oxígeno y la recarga de agua en los mantos acuíferos, así como la reactivación de la economía regional a través de la generación de empleos en las localidades.
José Manuel Ávila Cetina, Director General de la Comisión de Recursos Naturales de la Sedema, apuntó que se trabaja en labores coordinadas con la Conafor a través de programas como Reconversión Productiva y Fondos de Apoyo para la Conservación y Restauración de los Ecosistemas a través de la Participación Social con el fin de rescatar superficies ociosas con la plantación de flora sustentable, entre las que destacan las de árboles de Navidad de las especies oyamel y ayacahuite.
Algunas de las recomendaciones emitidas por ambas dependencias para la adquisición de árboles naturales son: verificar el eje de centro, color, resistencia y flexibilidad de las ramillas para soportar los adornos y que esté libre de plagas.