Derivado de una denuncia anónima, la Procuraduría Capitalina logró rescatar a 51 mujeres que eran víctimas de trata y explotadas sexualmente en dos bares de la delegación Cuauhtémoc. Según las afectadas, eran contratadas como meseras y bailarinas exóticas pero después las obligaban al ejercicio sexual.


Uno de los detenidos es propietario de dos de los lugares cateados por elementos de la Policía de Investigación y donde además, se reclutaba a las mujeres procedentes de diversos estados del país, por lo que los inmuebles serán propuestos para la aplicación de la Ley de Extinción de Dominio.


Los bares donde se rescataron a las mujeres son los bares La Tirada y By Latino; el primero localizado en calle Colón de la colonia Centro y el segundo ubicado en calle Pedro Moreno, colonia Guerrero, perímetro de la delegación Cuauhtémoc, en ambos lugares se logró la detención de los imputados que responden a los nombres de Francisco Javier Soto González, de 50 años, propietario, Gerardo Pánfilo Guerrero Hernández, de 60 años, administrador, Rubén López Hernández, de 52 años, capitán de meseros, Germán Bolaños Carrera, de 42 años, encargado, Juan Carlos Rodríguez García, de 37 años, encargado, José de Jesús Echeverría Leal, de 46 años, seguridad y Hugo César Cubillos Bravo, de 38 años, mesero y encargado de cobraba los bailes privados.


De acuerdo con el expediente, las afectadas eran enganchadas por los encargados de los negocios para realizar bailes eróticos, posteriormente las obligaban a despojarse de sus prendas hasta quedar completamente desnudas, estas tenían que inducir a los clientes a ingerir bebidas alcohólicas y que las invitarán a sentarse con ellos; un porcentaje del costo de la copa era para ellas y el resto para los bares.


Por el consumo de tres copas seguidas, el comprador tenía derecho a sostener relaciones sexuales con las mujeres en un cuarto privado, para ellos cada local tenía sus habitaciones para este fin. El pago por el sexoservicio se establecía en común acuerdo entre la ofendida y el solicitante.


Denunciaron también que si alguna de las inconformes era requerida para salir del establecimiento para sostener relaciones sexuales con el cliente en hoteles cercanos, el costo era acordado por los encargados y se establecía dependiendo de la persona solicitada.


Los imputados controlaban el consumo de “copeo” de las víctimas mediante el uso de ligas de color rojo y blanco, que hacían referencia al consumo de cerveza y copas de vino, respectivamente, al momento de la revisión de las autoridades, en ambos establecimientos se encontraron preservativos usados, por lo que se dio intervención a peritos en criminalística, fotografía y genética.

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