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La huesuda se asomó al número 9 de la calle Xicotencatl, el emblemático edificio capitalino que hasta 2011 albergó al Senado de la República y hoy confecciona la Constitución de la Ciudad de México. La sesión de exposición de iniciativas concluyó con una calaverita del diputado de Morena Raúl Bautista González y, también, con un recinto semivacío, pues los constituyentes desaparecieron de a poco para aprovechar el puente del Día de Muertos.
Aunque se apetecía una asamblea larga con 82 iniciativas en puerta, después de cinco horas los constituyentes cedieron; algunos tiraron la toalla antes y dejaron a sus asesores y coordinadores calentando la banca ante el reclamo de la diputada de Morena Patricia Ortiz Couturier, quien pidió “no se vayan, a pesar de que hace hambre y es tarde, hay que estar en todas las sesiones para construir entre todos”.
Sin sobresaltos ni discusiones acaloradas, los constituyentes propusieron modificaciones al proyecto propuesto por el jefe de Gobierno de la Ciudad de México, Miguel Ángel Mancera. Las propuestas dejaron ver lo multifacético de la Constituyente, pues pusieron sobre la mesa temas como la desaparición de secretarías en la Ciudad de México, la regulación de la marihuana, que los pueblos tengan autogobiernos, la violencia política de género, seguridad, medioambiente y una infinidad de temas que, de seguir, la sesión hubiera llevado unas 10 horas.
Intervención poética. Incluso, en lengua náhuatl, el diputado por Morena, poeta, escritor y músico Mardonio Carballo recitó su poesía Uno nunca para pedir el respeto por los pueblos indígenas que, sostuvo, “siempre han sido escamoteadas”.
“Uno nunca se va del todo; lo confirman los odios perpetuos, las nostalgias del amor, la indiferencia que se imposta como voz: se quiebra”, declamó el veracruzano en náhuatl.
Sin duda, en esta sesión, quienes pusieron el color fueron los constituyentes de Morena al sacar el aplausómetro cada que uno de sus integrantes pasaba a dar su iniciativa frente al pleno, aquel que durante 80 años vivió acaloradas discusiones de senadores.
Pero quienes se llevaron las palmas fueron los diputados de Movimiento Ciudadano Estela Damián y Alejandro Chanona, que pusieron sobre la mesa un tema por demás controvertido: la regulación de la marihuana con fines médicos y acabar con la policía prohibicionista de las drogas. La propuesta hizo que el diputado Bernardo Bátiz (Morena) se levantara de su lugar y se sumara a los aplausos.
“La marihuana es menos dañina que el alcohol o el tabaco. No existen muertes por consumo de marihuana, por el contrario, tiene propiedades medicinales”, dijo Estela Damián quien argumentó que, de ser legalizada, la marihuana dejaría unos 8 mil 700 millones de pesos anuales en impuestos.
Otras propuestas también ocasionaron rispidez, como la presentada por el PAN la cual planteó la desaparición de la Secretaría de Desarrollo Urbano y Vivienda (Seduvi) y trasladar las facultades de ésta a las Alcaldías de la Ciudad de México, pues acusaron fraudes millonarios en la dependencia.
Con un recinto desértico y al término de la sesión, el constituyente Raúl Bautista González (Morena) hizo un sentido reclamo bajo la rima de una calaverita: “En este constituyente, nos siguen sobrando cuarenta, es cuanto señor presidente”.