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Los cineastas León Serment Guerrero y Adriana Rosique Manjarrez fueron asesinados y el autor intelectual fue su hijo, según las investigaciones de la Procuraduría General de Justicia de la Ciudad de México (PGJ).
De acuerdo con la indagatoria, el joven, en complicidad con su novia, pagó 200 mil pesos a dos personas para asesinar a sus padres. Una de las hipótesis del móvil es que existen seguros de vida por cobrar.
Fuentes de la procuraduría comentaron que también se analiza la relación que tenía el inculpado con sus padres, pues no aceptaban el noviazgo que mantenía. Además, señalaron las fuentes, había un resentimiento desde pequeño, por lo que estaba en tratamiento siquiátrico.
El asesinato de León Serment ocurrió el 27 de agosto y el de su esposa, Adriana Rosique, fue el 19 de septiembre. Ayer, el procurador capitalino, Rodolfo Ríos Garza, informó la detención de cuatro personas involucradas en el homicidio de la pareja. Entre ellos están el hijo y su novia.
Reveló que el vástago de la pareja y su novia pagaron a dos personas, un hombre y una mujer, para asesinarlos. Fueron 100 mil pesos por cada uno. Los dos homicidios, con 24 días de diferencia, se planearon durante dos meses.
El 27 de agosto, el director de películas como El efecto tequila y Kada kien su karma fue hallado con 46 heridas de arma punzocortante en la colonia Merced Gómez, delegación Álvaro Obregón.
Se trató de un asalto, según declaró el hijo, quien refirió que ese día, después de dejar a su madre en un taxi, junto con su padre regresó a la casa y en ese momento dos personas los alcanzaron para asaltarlos y los amenazaron con una pistola. Indicó que pidió ayuda, pero su padre murió.
Pero de acuerdo con las investigaciones de la PGJ, esto fue mentira.
Los videos obtenidos de las cámaras de la ciudad y de domicilios particulares demostraron que los autores materiales fueron una mujer y un hombre, quienes previo a los hechos se instalaron en las inmediaciones del domicilio del cineasta.
Sobre estos hechos, Adriana Rosique declaró en su oportunidad que era inusual que su hijo visitara a su esposo y notó sospechoso que la novia estuviera enviando mensajes por teléfono durante el tiempo que permanecieron en el lugar. También dijo que le pareció extraña la presencia de dos personas a esa hora y que, antes de abordar el taxi, su hijo se despidiera efusivamente de ella.
La Policía de Investigación detectó que media hora después de la agresión a León Serment, los dos presuntos asesinos se dirigieron a dos sucursales bancarias, en Tlalpan y Gustavo A. Madero, donde retiraron efectivo con las tarjetas de la víctima.
Con la información obtenida se desprendió la existencia de un acuerdo previo, reparto de tareas y coordinación conjunta para privar de la vida a la víctima, tomando en cuenta que el hijo no prestó el debido auxilio a su padre; que hubo comunicación telefónica entre los autores materiales con el hijo y su novia.
La muerte de Adriana. A 24 días de la muerte de su esposo, la directora y productora de cine, Adriana Rosique, fue hallada colgada con una cuerda atada al cuello desde el barandal de una de las ventanas del segundo piso de la casa, por lo que se inició una carpeta de investigación.
En esa ocasión, el hijo señaló haber salido en la madrugada del domicilio de la víctima, con el fin de llevar a su novia al hospital, por lo que hasta las 10:00 de la mañana del día siguiente se enteró del deceso de su mamá. Otra vez hubo contradicciones.
Según la investigación, las autoridades, a través de las cámaras de la Ciudad de México, constataron que durante la madrugada el hijo salió del domicilio usando su teléfono móvil y momentos después ingresaron, sin complicaciones, dos personas más a la vivienda, saliendo posteriormente.
Además se identificó que el hijo y su novia se encontraban deambulando por las calles del lugar y que nunca se trasladaron al hospital que refirieron, dado que en el mismo no existe constancia de su asistencia.
El jueves pasado durante un operativo, elementos de la Policía de Investigación detuvieron a las cuatro personas inculpadas por el delito de homicidio calificado; uno de los imputados narró a detalle cada homicidio. Por este delito pueden alcanzar hasta 70 años de prisión cada uno.