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Vecinos de la colonia El Molino coincidieron en que el deprimido vehicular que construye la delegación Cuajimalpa sobre la avenida Carlos Echánove no acabará el caos vial y sólo va a recorrer un “nudo vial” en dicha vialidad provocado la alta afluencia de viajes con destino al corporativo de Santa Fe.

La vecina Sandra Islas pidió que haya una solución integral, pues hace unos años se construyó el puente Honorio Segura para superar el embotellamiento en Noche de Paz y Carlos Echánove, lo cual ayudó un poco pero el conflicto se desplazó al cruce de Julián Adame, donde se realizará la nueva obra.

“Va a resolver el atascón en este punto, pero el problema no es aquí sino en Santa Fe”, comentó. La avenida Carlos Echánove desemboca, con ayuda de un túnel, en la intersección de Vasco de Quiroga y Juan Salvador Agraz, en Santa Fe, una zona de oficinas y centros comerciales que atrae muchos viajes tanto de visitantes, residentes, como de personas que acuden a trabajar.

“El deprimido se debería hacer en Vasco de Quiroga”, comentó Sandra Islas.

“Yo pediría que analicen si la obra es la solución y si se va a realizar que garanticen contar con el presupuesto, porque en años pasados tardaron tres años en terminar el puente Honorio Segura”, dijo el vecino Jorge López.

María de los Ángeles Aja, también residente, consideró que el tránsito empeoró desde la apertura de la Vialidad de Hueyetlaco, que conecta la zona de Interlomas, en Huixquilucan, Estado de México, con Cuajimalpa.

En la actualidad, la avenida Echánove cuenta con un paso a desnivel en su cruce con la carretera México-Toluca para salir a Santa Fe. “El ancho de la calle Echánove es de ocho metros y el túnel tendrá sólo un carril de cuatro metros, que será insuficiente (...) No va a resolver porque no está resuelto el cruce de Santa Fe, que es a donde llega todo este flujo”, cuestionó la vecina Elizabeth Flores.

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