Amigos de la modelo caleña Stephanie Magón pidieron a los medios de comunicación de México no conformarse con la versión de la Procuraduría General de Justicia (PGJ) de la Ciudad de México. “No sabemos que esconden”, afirmaron al referirse a la hipótesis de la Procuraduría en el sentido de que su muerte fue accidental.

En medio del dolor y de la molestia por las hipótesis que el común de la gente teje en torno a la muerte violenta de la modelo (como que estaba en malas compañías o se drogaba), ayer, cerca de 50 personas despidieron en medio de sollozos a la modelo caleña quien falleció en la ciudad de México el pasado 30 de julio.

Según la PGJ, Stephanie se precipitó unos 12 metros desde el techo de donde residía (una azotea), luego de subir por unas escaleras de madera. Sin embargo, antes de este dictamen, el Tribunal Superior de Justicia había dicho que, de manera intencional, la habían matado a golpes.

Las amigas de Stephanie Magón explicaron que Manuel Ramírez y Magali Ramírez, abuelo y mamá de la joven, se encontraban muy afectados durante la velación.

Lo que se ha podido establecer es que Stephanie Magón estuvo el día antes de su muerte, un viernes, en ‘Foro Normandía’, un establecimiento de eventos privados, junto con una pareja de amigos y que en el baño la encontraron mareada. De ahí salió con ellos a las 2:00 de la mañana del sábado.

El Tribunal Superior de Justicia informó que la necropsia se llevó a cabo el pasado 31 de julio al cuerpo de Stephanie Magón Ramírez y en la conclusión el médico practicante dijo que el fallecimiento ocurrió por diversas alteraciones viscerales y tisulares, causadas en los órganos interesados por conjunto de traumatismos que se clasificaron de mortales.

El médico forense describió, que el cadáver presenta múltiples traumatismos de tipo equimotico y excoriativo, en diferentes partes del cuerpo, herida por contusión y fractura de la mandíbula, lo que indica que muy probablemente son producto de una precipitación.

De acuerdo con una de las residentes del edificio, Stephanie Magó en sí no vivía en un apartamento, “sino en la azotea, en uno de los cuartos que desde hace tres años fueron adaptados para viviendas individuales”.

El inmueble no está resguardado. Los vecinos entran y salen sin impedimento. “Yo no creo que se lanzara: una persona que se avienta no cae tan lejos y en posición fetal”, sentenció.

No obstante, otra de las vecinas asegura:

“Eran como las 6 de la mañana, yo estaba preparando mis cosas para salir de viaje, entonces escuché como cuando explota un tanque de gas; pensé que había caído algo al carro de mi mamá, pero no. Cuál fue mi sorpresa cuando vi que era una persona tendida en el asfalto. De inmediato llamé al número de emergencias”.

Con información de El Tiempo

tcm



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