Hasta hace apenas un lustro sobre Paseo de la Reforma, justo donde inicia el Bosque de Chapultepec, la Estela de Luz todavía se asomaba libre de entre los edificios, para el beneplácito del ex presidente Felipe Calderón quien la impulsó como el gran símbolo del Bicentenario, casi a la par de otras obras emblemáticas como el Ángel de la Independencia.
Cinco años después ese monumento -entregado tarde y no libre de polémica por presuntos malos manejos con el fondo para su construcción- se ha visto opacado por dos rascacielos que se pelean el título del “más alto de México”, uno frente al otro, como una especie de columnas de bienvenida ya no a una simple avenida, si no al corredor financiero del nuevo milenio.
“La oferta que tiene Reforma y lo que pasará en años venideros la ubicarán como el principal corredor financiero”, pronostica Yasmín Gómez Lamadrid, directora de Estrategia, Planeación y Control de BBVA Bancomer, quien desde el piso 50 de la recién inaugurada Torre BBVA Bancomer presume: “desde aquí apenas y se ve la Estela de Luz”.
Ubicada en el número 510 del Paseo de la Reforma -fundada en el siglo XIX como el Paseo del Emperador- el proyecto de BBVA ocupó desde 2008 el terreno donde descansaban una sucursal de Sanborn's y un modesto edificio de 15 pisos. Ahora rivaliza en altura con su también vecina Torre Reforma, esta con 57 pisos en renta para diversas empresas.
Por un nuevo ícono urbano
Considerada como la obra arquitectónica más alta de México destinada a albergar las oficinas de una sola empresa, la BBVA Bancomer culminó su construcción en 2015 para inaugurarse oficialmente, entre juegos de luces y fuegos artificiales, en febrero de 2016.
“Refrendamos nuestra apuesta de largo plazo por México”, dijo entonces el presidente del Grupo BBVA, Francisco González, ante la presencia del mandatario Enrique Peña Nieto y el jefe de gobierno capitalino, Miguel Ángel Mancera, invitados a la ceremonia.
“Seguramente se convertirá en un ícono en el ámbito urbano”, añadía el banco en un comunicado de prensa en el que detallaba números impresionantes: un costo de 650 millones de dólares, 235 metros de altura, 50 pisos, 43 elevadores, 18 niveles de estacionamiento, 7 sótanos, auditorio para 250 personas y un comedor para otras mil, todo para sus 4 mil 500 empleados.
Sobre el diseño de la Torre Ejecutiva, Yasmín Gómez Lamadrid explica que “la unión entre Richard Rogers y Ricardo Legorreta (el primero Premio Pritzker y el segundo mexicano) es parte arquitectura de México, parte arquitectura internacional”.
Y al convertirse en un lugar representativo “hemos tenido visitas de muchos lugares de la República, y del propio gobierno que está impulsando el turismo en la ciudad, al lugar a donde los trajeron, fue a este edificio”, revela la directiva en entrevista.
El edificio de ensueño
Al acompañar a EL UNIVERSAL para un recorrido en las instalaciones, Gómez Lamadrid considera que en poco tiempo el rascacielos se ha convertido en un referente para los capitalinos que transitan diariamente la avenida Reforma. “Todo mundo conoce las terrazas, todo mundo te dice: sí las del caracolito, las escaleras de colores”.
El color morado que puede apreciarse desde el exterior forma parte de los perfiles de aluminio para bloquear la luz solar directa y evitar el calor. Esa celosía -la “doble piel” del inmueble- está inspirada en el papel picado de las fiestas mexicanas.
Fue a principios del 2016 cuando concluyó la mudanza de trabajadores a la torre, considerada la migración de sede corporativa más importante en la historia de la ciudad. Pero ¿cuál es el impacto de trasladar a tanta gente a un nuevo lugar? ¿Y el impacto ambiental?
La entrevistada reconoce que “sabíamos que íbamos a traer un parque vehicular alto” pero ante ello “pusimos transporte corporativo entre sedes, para que si nos tenemos que mover de una lugar a otro no llevemos nuestro vehículo”. Las corridas parten de distintos puntos de la capital, tal como estaciones del Metro, y para quienes sí manejen automóviles hay salida de túneles -uno hacia la calle de Lieja- para “no congestionar la parte de Reforma”.
Destaca también los criterios internacionales de sostenibilidad alcanzados en la construcción de la obra: clasificación Leadership in Energy & Environmental Design (LEED) en categoría Oro, lo que significa el menor impacto ambiental.
A su paso por pasillos y oficinas señala los múltiples estantes para la separación de basura, subrayando así la estricta política de reciclaje. “Tenemos un ahorro del 40% de agua y del 25% de energía eléctrica; a las 9 de la noche apagamos la Torre y solamente trabaja con sensores”.
Así pues, la ejecutiva sostiene que la renovación de sede se hizo pensando tanto en clientes como en empleados. “Es el mejor lugar para trabajar de cualquier persona, es aspiracional, que sea Bancomer es mi objetivo, porque tiene los edificios más modernos del país”.
rcr