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Podas mal ejecutadas y falta de mantenimiento provocaron un “estrés hídrico” que causó la muerte de un árbol de 9 metros de altura, representativo de la Glorieta de los Coyotes, en la delegación Coyoacán.
Este individuo forestal fue plantado en la primera mitad del siglo XX por la familia de Miguel Ángel de Quevedo, uno de los pioneros en promover el cuidado de la flora en México.
Una opinión técnica de la Procuraduría Ambiental y de Ordenamiento Territorial (PAOT) concluye que el nogal de la especie Carya illinoinensis tuvo severos problemas de alimentación por desmoches ejecutados por las autoridades capitalinas en 2009 y 2012; además, se detectó una infestación de muérdago en 25% de la fronda, la cual indujo pérdida adicional de agua.
“El estrés hídrico lo hizo susceptible al ataque de plagas y enfermedades, como es el caso de los cancros, los hongos produjeron la pudrición del floema (tejidos bajo la corteza) y al no haber transporte de nutrientes el árbol declinó rápidamente hasta llevarlo a la muerte”, dice la Procuraduría Ambiental y de Ordenamiento Territorial en su dictamen, emitido el 16 de mayo pasado.
El cronista de Coyoacán Luis Everaert comentó que la pérdida del individuo forestal es lamentable, pues junto con la glorieta era “un punto de referencia muy simbólico que sobresalía en la avenida y que servía para saber que se estaba por llegar a la Ciudad Universitaria”.
Recordó que el ejemplar se encuentra en el sitio desde la década de 1950, formaba parte de los ejemplares plantados en los antiguos terrenos de Miguel Ángel de Quevedo, los cuales fueron cedidos cuando se creó la avenida que lleva el mismo nombre y el árbol quedó dentro de una glorieta que después fue recortada, lo cual también pudo afectarlo, consideró.
EL UNIVERSAL informó el 24 de julio pasado que la glorieta de los Coyotes se encuentra en el abandono y el árbol, de 9 metros de altura, se secó a pesar de que en meses previos todavía lucía con follaje, según refirieron vecinos y comerciantes de la zona.
Piden restitución. El árbol se encuentra en el cruce de las avenidas Universidad y Miguel Ángel de Quevedo, por lo que el mantenimiento de estas vialidades y de su flora está a cargo de la Secretaría de Obras y Servicios de la Ciudad de México (Sobse).
Por ello, la PAOT, cuyo titular es Miguel Ángel Cancino, indicó que el 27 de mayo pasado informó a esta dependencia y a la delegación Coyoacán el resultado de un informe del Instituto Nacional de Investigaciones Forestales, Agrícolas y Pecuarias (Inifap), incluido en la opinión técnica, y se acordó retirar el árbol seco, así como restituirlo con otro nogal criollo.
“Se llevará a cabo la restitución del árbol por la Dirección General de Servicios Urbanos de la Sobse”, indicó la procuraduría ambiental, al tiempo que la administración de la delegación Coyoacán apoyará en estas tareas.
La procuraduría ambiental incluyó en su opinión técnica un reporte solicitado al Inifap, órgano que dio respuesta el 11 de mayo pasado.
“Es probable que la causa de su muerte haya sido un estrés hídrico severo, producto de la ausencia de riego o la mala aplicación del mismo en una época del año en que se presentaron altas temperaturas y muy baja humedad relativa”, advirtió el instituto.
A su vez, la PAOT pidió en febrero pasado a la Sobse un programa urgente de mantenimiento al árbol, a lo cual la dependencia respondió que la vialidad contaba con “riego frecuente de sus áreas verdes”.
Cadena de fallas. En la opinión técnica de la PAOT, de la cual este diario tiene copia, el organismo relata que de enero a abril pasados hizo recorridos de reconocimiento en los cuales detectó que los desmoches dañaron la estructura original del árbol, además reportó presencia de muérdago y de heridas en el tronco por la bacteria pectobacterium carotovorum, que pudrió los tejidos debajo de la corteza.
Otro factor de la declinación del árbol fue que el cuello de la raíz y la parte inferior del tronco estuvieron inmersas en el piso por años, esto porque el suelo fue elevado de su nivel original al modificarse la glorieta original.
