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diana.fuentes@metropoli.com.mx
El anuncio del gobierno capitalino respecto a que será hasta 2017 cuando se rehabilite la calle Artículo 123, que atraviesa las colonias Juárez y Centro, pese al foco rojo de indigencia que se vive en la zona, desconcertó a comerciantes y representantes de una iglesia.
Su preocupación es que las ventas sigan a la baja y que la feligresía abandone la fe por el miedo que inyectan estas personas que, aunque viven en situación de calle, se han convertido en delincuentes.
Tan sólo en el Supermercado Nueva Vía, el más afectado por la invasión de la población callejera, se prevé una merma en las ventas. Hace un año, alrededor de 300 personas ingresaban diariamente a la tienda china; ahora lo hacen menos de 50, por temor a ser asaltadas o extorsionadas en la zona.
Desde hace meses, un indigente centroamericano apodado El Chapas mantiene en vilo a la clientela, que por miedo a este personaje que casi todos los días está drogado, prefiere seguir de lado que entrar a la tienda-restaurante.
Los dueños del negocio son chinos, hablan poco español y prefieren no decir nada, aunque su ayudante, Juan Agustín Velasco, dice que es evidente cómo las finanzas del establecimiento van a la baja.
A través de las cámaras de seguridad de la tienda se refleja cómo los indigentes ingresan por lo menos seis veces al día para robar. “Se llevan principalmente refrescos y son agresivos”, dice Velasco,
Los trabajadores del restaurante El Mesón del Cid también están inquietos porque se posponga la recuperación del espacio. Johana Belem Bonilla, chef del negocio, dice que en varias ocasiones los vitrales han amanecido rotos.
En la Iglesia de Cristo en la Ciudad de México, en la calle Humbolt, la feligresía deja de asistir por temor. Cuando estacionan sus autos en la calle les quitan los espejos.
Miguel Rocha, representante de la iglesia, dice que ha tenido que pagar vigilancia para que los indigentes no invadan la entrada.