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Autoridades de la Secretaría de Medio (Sedema) no informaron de la muerte de una leona de 13 años de edad en el Zoológico de Chapultepec, que fue sometida a un proceso de eutanasia debido a un tumor cancerígeno; el fallecimiento ocurrió un día después de la muerte del gorila Bantú.

Si bien el Técnico y de Investigación de la Dirección General de Vida Silvestre, Fernando Cortés, había dicho a EL UNIVERSAL que la muerte ocurrió el 7 de junio; la oficina de Comunicación Social de la dependencia precisó que el hecho sucedió el 7 de julio.

Cuatro días antes los veterinarios llevaron a cabo una revisión médica de la hembra y detectaron una masa en uno de sus codos, por lo que se realizó una biopsia.

“Encontraron un rabdiosarcoma o tumor maligno que puede expandirse a diferentes órganos de su cuerpo. Pensamos en que se pudiera hacer una cirugía; sin embargo, conforme pasaron los días detectamos que su comportamiento cambió, no respondía a estímulos y su locomoción no era normal; por eso decidimos aplicar la eutanasia para que el ejemplar no estuviera en esas condiciones”, explicó Cortés Villavicencio.

Dijo que la Ley General de Vida Silvestre no establece la difusión pública de las muertes de los animales en los zoológicos capitalinos. “No es una práctica normal que informemos la muerte de cada ejemplar. Por ley tenemos que dar avisos a la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat) en los reportes anuales a la dirección General de Vida Silvestre. Hacemos un informe de las altas y las bajas de animales y explicamos con un certificado de muerte qué fue lo que pasó, en términos médicos para que la autoridad sepa por qué damos de baja a ese ejemplar”, explicó.

Dijo que la eutanasia se aplica por causas específicas cuando médicamente ya no se puede hacer nada. Dicho proceso se lleva a cabo en la dirección de Bioética. “Cuando hay un paciente lo que hacen es generar un documento en el que explican por qué ya no se puede aplicar o prolongar un tratamiento porque está causando algún problema físico o médico y, lo más aceptado en términos de bioética, es tener que ‘eutanasiarlo’”.

Antes de la detección del tumor, la leona no había reportado enfermedad alguna. Sin especificar una cifra, Cortés Villavicencio dijo que la presencia de tumores no es frecuente en los zoológicos, pues los casos se presentan “de vez en cuando”.

Aclaró también que no ha habido muertes de leones recientemente en el Zoológico de San Juan de Aragón. Explicó que tampoco no se han hecho traslados de leones a ese recinto.

La leona, que fue fue donada al zoológico por un particular en 2003, tenía 13 años y ocho meses de edad y reportó un peso de 143 kilos. En su momento, el donante explicó que la ejemplar ya tenía un año de edad.

Con la muerte de la leona, el Zoológico de Chapultepec cuenta con una población de cuatro leones, un macho y tres hembras. En tanto, el Zoológico de Aragón alberga un macho y seis hembras. “La leona (que falleció) convivía con los otros ejemplares que ahora tenemos. Estos animales salen (a su exhibidor) todos los días, particularmente los leones son escurridizos y no se ven, pero están ahí, se les apoya con actividades de enriquecimiento animal como ponerles la comida en diferentes puntos para que también tengan actividad física”.

Hasta ahora, dijo, no se tiene planteada la reproducción de más leones en los zoológicos de la ciudad.

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