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El tránsito vehicular y el paso de peatones están en riesgo en la avenida Carlos Lazo al cruce de cerrada de Rufina, en el paradero de Tacubaya, debido a los numerosos baches, algunos con una profundidad de 30 a 40 centímetros.
En un recorrido se observó que la circulación de autos y camiones de transporte público se vuelve muy lenta debido a que los conductores deben maniobrar para evitar caer en los agujeros y dañar sus unidades.
“Están surgiendo más y los que existen se hicieron más hondos”, relató un operador de transporte público. “El problema con los autobuses es que al caer en un bache se afectan diversas piezas del vehículo como muelles y llantas”, dijo Manuel, chofer de otra unidad que se dirigía a Cuajimalpa.
Tan sólo en el cruce mencionado se contabilizaron casi 30 hoyos en el pavimento, los más peligrosos por su profundidad, sobre la avenida Carlos Lazo, en donde incluso comerciantes arrojan agua sucia.
“Siempre está así, yo me he caído de sentón en uno de estos agujeros”, dijo la señora Amada Carrillo.
La vecina atribuyó que el surgimiento de los desperfectos se debe al paso de vehículos pesados y a las lluvias que incrementan los daños y que los mantienen encharcados, por lo tanto pidió a las autoridades dar mantenimiento a la zona.
En este punto del Centro de Transferencia Modal (Cetram) Tacubaya pasan a diario cientos de camiones, taxis y autos particulares.
“La semana pasada vinieron a arreglar, pero sólo taparon una parte”, dijo uno de los transportistas al mostrar un parche de asfalto en cerrada de Rufina, el cual está rodeado aún por unos 10 a 15 baches.
La jefa delegacional en Miguel Hidalgo, Xóchitl Gálvez, afirmó que la responsabilidad de la repavimentación en esta zona corresponde a la coordinación de los Cetrams, pero ofreció hacer la reparación.
“Le toca al Cetram el bacheo y alumbrado porque cobra a los transportistas y está obligado a darle mantenimiento, presionaremos y si no, yo lo reparo”, explicó.
