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La Asociación de Zoológicos, Criaderos y Acuarios de México (AZCARM) respaldó la labor del Zoológico de Chapultepec tras la muerte del gorila Bantú, al intentar llevarlo a Guadalajara, Jalisco; sin embargo, ambas instituciones tenían a un mismo titular, Juan Antonio Rivera.
Ante el surgimiento de una polémica por el deceso debido a una emergencia al sedar al primate, la AZCARM, presidida por Juan Arturo Rivera, publicó en su perfil de Facebook un comunicado en defensa del trabajo de los profesionales del zoológico, que también estaban a su cargo como director general de Zoológicos y Vida Silvestre de la secretaría de Medio Ambiente (Sedema).
“Confiamos plenamente en que siguieron los protocolos e hicieron todo lo humanamente posible para manejar y atender a Bantú de la mejor manera y con la mayor oportunidad”, publicó la organización en su comunicado del 7 de julio.
Ese mismo día, Arturo Rivera, aún como director de Zoológicos y Vida Silvestre, aseguró que Bantú no murió por una sobredosis de anestesia para meterlo a una jaula transportadora, sino que el animal recibió un suministro menor a la correspondiente con su peso de 224 kilos, y sostuvo que la muerte se debió a una complicación médica.
En el comunicado de la organización que dirige desde octubre del año pasado se señalaba que para emitir una opinión sobre el tema la AZCARM llamaba a esperar los resultados de la necropsia practicada.
“Bantú, como cualquier otro individuo de esa especie, o de cualquier otra, incluyendo a los humanos, estamos expuestos a que nuestro organismo reaccione de maneras inesperadas”, añadió.
El 8 de julio Juan Arturo Rivera fue suspendido temporalmente de su cargo “con el propósito de generar condiciones para que exista absoluta transparencia en las investigación de las causas del fallecimiento del gorila Bantú”, según el anuncio oficial.