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Caminando y con un paquete de documentos en las manos, los secuestradores Roberto Sánchez y Agustín Miranda huyeron el lunes pasado por la puerta principal del Reclusorio Preventivo Varonil Oriente.

Imágenes en poder de EL UNIVERSAL revelan que la huida de los dos reos de alta peligrosidad se realizó en cuestión de 15 minutos.

Eran cerca de las 17:30 horas del 31 de mayo. Un muro de tablarroca, un cristal y rejas de metal del archivo del Juzgado 20 Penal con sede en el Reclusorio Oriente conformaron el primer obstáculo de Roberto Sánchez y Agustín Miranda para fugarse.

Los secuestradores pasaron las tres barreras: rompieron la pared y el cristal y con unas pinzas quitaron los barrotes grises por la parte inferior. Ambos salieron del lugar, dejaron tras ellos trozos de pared y polvo.

Caminaron de frente hacia una segunda pared de tablarroca, ahí volvieron a hacer un hueco. Frente a su cara encontraron un estante gris que contenía paquetes de archivos; lo empujaron, el objeto cayó al suelo con todo y documentos. Habían pasado el segundo obstáculo.

Enseguida, Roberto y Agustín se colaron por el hueco e ingresaron a otra área de la sección de archivo del juzgado. Sobre el suelo había polvo blanco producto del rompimiento de la pared. El ruido que habían hecho por quebrar las paredes y los barrotes no alertó a ningún custodio. El plan seguía en pie.

El tercer obstáculo fue una puerta de color negra cerrada. Hacer un hoyo de aproximadamente 40 centímetros de ancho cerca del picaporte no representó ningún problema para los reos. Lograron ingresar a una oficina en la que encontraron ropa para ambos y paquetes de documentos.

Cambiaron su vestimenta beige por un par de pantalones de mezclilla azules y tenis blancos. Roberto Sánchez de 49 años escogió un chaleco color azul marino y Agustín Miranda, de 46, una playera del mismo tono.

El cuarto tenía otra puerta sin seguro, la abrieron. Encontraron un pasillo cuyo suelo era mosaico blanco con puntos negros. En ambos lados del corredor había ventanales.

El lugar estaba libre de personas; sólo para ellos. Primero salió Agustín con un fólder y documentos en su mano derecha, al tiempo que se acomodó su cabello con su otra mano.

Mientras tanto, su compañero esperó en el cuarto. Cuando el pasillo volvió a estar solo, Roberto abandonó el lugar con un paquete de papeles en su mano derecha y a paso decidido.

Ya eran las 17:45 horas. Habían pasado 15 minutos desde que rompieron el primer muro de tablarroca y los barrotes de metal.

Frente a ellos estaba la entrada/salida principal de los juzgados del Reclusorio Oriente. En el sitio había dos detectores de metal, uno era un arco y el otro una máquina de Rayos X. Personal que resguarda y opera los detectores no estaba en su zona de trabajo. El vestíbulo se encontraba solo.

Con paso firme y sin detenerse atravesaron la puerta de juzgados que da al estacionamiento y descendieron las escaleras de concreto.

En la imagen de su salida se visualiza que Agustín Miranda, quien cumplía una sentencia de 64 años, trae colocado un gafete color blanco en el lado derecho de su pecho.

En tanto, Roberto —quien purgaba una condena de 114 años y nueve meses— cambió de mano el paquete de documentos, por lo que ahora los sostenía de su lado izquierdo.

En el exterior, al momento de abandonar el Reclusorio Oriente, tampoco había personas ni policías. Los secuestradores abandonaron el inmueble sin ser molestados.

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