CDMX

Traslada la Sedeso a indigentes a albergues

Ocho personas aceptaron abandonar la calle de Artículo 123; en los refugios recibirán ayuda médica y alimentación

La acción de traslado obedece a la presentación del Protocolo para Poblacion es Callejeras. Entre los beneficiados se encuentran dos mujeres (ESPECIAL)
18/06/2016 |00:06Eduardo Hernández |
Redacción El Universal
Pendiente este autorVer perfil

metropoli@eluniversal.com.mx

Ocho personas que vivían en la calle Artículo 123, en la colonia Centro, decidieron ser trasladadas al Centro de Asistencia Social Coruña, durante una visita del personal del Instituto de Asistencia Social (Iasis), informó la Secretaría de Desarrollo Social (Sedeso).

Tras ser presentado, este jueves, el Protocolo para Poblaciones Callejeras, el personal del Iasis realizó una visita a la calle de Artículo 123 para brindar los servicios a la población que sobrevive en la calle, y lograron convencer a ocho personas, entre ellas dos mujeres, para acudir al centro de asistencia ubicado en la delegación Iztacalco.

Newsletter
Recibe en tu correo las noticias más destacadas para viajar, trabajar y vivir en EU

Héctor Maldonado San Germán, director de Iasis estuvo al frente del grupo y señaló que “estas personas fueron al pase de Sur 65, primero para su evaluación médica, tomar un baño, recibir un cambio de ropa, alimentación y si procede su canalización”.

El titular del área indicó que las personas en situación de calle que fueron atendidas, “subieron a la camioneta convencidos de que se les brindará toda la asistencia que necesiten”.

Una de las mujeres, una adolescente que fue llevada al CAIS Coruña, accedió porque quiere que se le realice un examen de prueba de embarazo.

“Estas visitas continuarán hasta que todos y cada uno de las personas que habitan en Artículo 123 accedan vivir en un mejor lugar, obtengan trabajo y se reintegren totalmente a la sociedad, así quedó establecido en el Protocolo para Poblaciones Callejeras”, explicó el funcionario capitalino.

La dependencia informó que además de visitar Artículo 123 el personal de Iasis acudió con las personas que viven en la Plaza de la Ciudadela, quienes también accedieron ir al CAIS Coruña, donde recibirán asistencia social.

EL UNIVERSAL acudió la tarde de ayer a la calle Artículo 123 y observó jóvenes que aún continúan en el lugar; sin embargo, algunos que anteriormente fueron entrevistados ya no están en la zona, los jóvenes que están ahí aseguraron que habían aceptado irse.

Durante esta semana este diario ha publicado la situación en la que viven estos jóvenes, no tienen un espacio donde hacer sus necesidades fisiológicas, piden dinero para comprar algo de comer y se drogan para olvidar el frío, el hambre e incluso su situación.

Luis, Omar, William, El Chupón, Mari, Román son algunos de los nombres o apodos de estas personas que han sido “olvidadas”, como ellos dicen, por la sociedad, han sido desalojadas, discriminadas, golpeadas, remitidas al Ministerio Público por limpiar parabrisas entre otras cosas, pero que no han dejado el sueño de continuar.

Este protocolo busca proporcionar servicios sociales en las etapas de la prevención, intervención y proceso de integración social a este sector de la población, donde el Iasis, el Sistema para el Desarrollo Integral de la Familia de la Ciudad de México (DIF), la Secretaría de Salud local (Sedesa) y otras dependencias participaran para brindarles una mejor calidad de vida a las personas en situación de calle.

Las organizaciones sociales que apoyan a este sector consideraron que el documento capitalino representa un momento histórico para la Ciudad, ya que los funcionarios públicos tendrán una herramienta institucional para la interacción con personas que habitan y sobreviven en el espacio público.

Señalaron que este fenómeno social ha sido documentado en la Ciudad de México desde hace más de setenta años, pero la respuesta de la autoridad se había enmarcado en acciones de corte asistencial, de limpieza social, así como la separación familiar y esterilización forzada, por lo que consideran que el protocolo, aunque no cambiará las cosas de manera inmediata, puede representar un parteaguas en la forma como se ha atendido a este grupo altamente discriminado.