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Agustín Miranda Orozco y Roberto Sánchez Ramírez El Fugas, quienes el pasado lunes se escaparon por un juzgado del Reclusorio Oriente, eran especialistas en el secuestro, pero operaban en bandas diferentes.

Ambos coincidieron en la zona de “alta seguridad” Diamante, en Santa Martha, donde planearon su fuga.

Sin embargo, se conoce que ambos personajes compartieron espacio en el Centro Federal Número 3 de Matamoros, Tamaulipas, de donde los regresaron a la capital del país a principios del año 2012. De acuerdo con su historial, El Fugas formaba —junto con sus hermanos Alfonso, Adrián y Concepción— la banda de Los Ponchos y se especializaron en el plagio de empresarios de la zona del Estado de México.

Fue en marzo de 2000 cuando la procuraduría capitalina detuvo a Roberto Sánchez cuando pretendía realizar el cobro de un secuestro en agravio de un empresario mexiquense y por el que pedía 10 millones de pesos a cambio de su liberación.

En aquella ocasión dio el nombre de Tomás Méndez, pero al revisar sus huellas dactilares lo identificaron plenamente como la persona que se había escapado de los reclusorios Oriente, Norte y Sur de la capital del país, por lo que obtuvo el mote de El Fugas.

En las tres ocasiones anteriores, Sánchez Ramírez abandonó los penales disfrazado de mujer.

La primera ocasión ocurrió en 1991, cuando dejó el Reclusorio Norte, donde purgaba una condena de 49 años de prisión por los delitos de privación ilegal de la libertad, robo calificado y asociación delictuosa. En 1998 se fugó del Reclusorio Oriente y en 1999 del Sur.

Por todas sus fugas y delitos que le imputan al momento de su último escape purgaba una condena de 114 años y nueve meses de prisión.

En lo que respecta a Agustín Miranda Orozco, se sabe que en 1997 se fugó del Reclusorio Oriente junto con otros siete internos y en su escape detonó una granada de fragmentación, además de que utilizó armas de grueso calibre. Entonces cumplía una sentencia por los delitos de lesiones, portación de arma de fuego y secuestro. El 28 de octubre de 2011 regresó al mismo reclusorio luego de que fue detenido en el estado de Michoacán.

Debido a su alto grado de peligrosidad, las autoridades locales solicitaron su traslado al Centro Federal de Máxima Seguridad de La Palma en el Estado de México, de donde lo enviaron a Matamoros, Tamaulipas, y finalmente en 2012 regresó a los centros penitenciarios de la Ciudad de México.

Hace un par de años Miranda Orozco estuvo a punto de escapar, al estar presuntamente coludido con Amado Ávila Negrón, empleado del Juzgado 17 de lo Penal, quien en tres ocasiones intentó sacarlo de la zona Diamante emitiendo falsos citatorios para que compareciera en juzgados donde no tenía proceso alguno.

En aquella ocasión pretendía escapar con Sergio Rey Martínez Olguín, acusado de tres homicidios y con una sentencia de 77 años de prisión.

Su plan de escape se frustró cuando el personal de la Subsecretaría del Sistema Penitenciario solicitó al juez la confirmación del requerimiento, quien negó el hecho y se dieron cuenta de que los citatorios eran falsos por lo que el empleado del juzgado fue detenido y encarcelado.

El pasado lunes Roberto Sánchez Ramírez y Agustín Miranda Orozco lograron su cuarta y segunda fuga —respectivamente— de un penal. Fue de nueva cuenta con la colusión de personal de custodia y se presume que también de los juzgados, situación que es investigada por la Procuraduría General de Justicia capitalina.

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