El Sistema de Abastecimiento de Agua Potable está a punto de colapsar en el conjunto habitacional de Tlatelolco debido a la obsoleta red hidráulica que data de hace 50 años y a las plantas de bombeo que están trabajando a 140% de su capacidad para atender la demanda de 38 mil personas con el riesgo de que se presente un sobrecalentamiento y dejen de funcionar.

Las tres plantas de bombeo ubicadas en las tres secciones de Tlatelolco presentan fallas, tienen numerosas fugas, las conexiones están al límite de su vida útil y los cárcamos de achique, que podrían evitar una contingencia, no funcionan.

Tan sólo en el equipo de bombeo de la sección tres, hay ocho bombas para suministrar de agua potable a 8 mil 178 personas. El problema es que de este equipo sólo funcionan cuatro, dos de manera constante y dos en intervalos.

Los transformadores datan de la década de los 70 y lo alarmante es que están compuestos por un material denominado “askarel” y su uso fue prohibido desde 1977 ya que la Organización Mundial de la Salud clasifica este elemento como cancerígeno por su grado de toxicidad.

Durante un recorrido por la zona, EL UNIVERSAL constató que la red de agua potable - de casi 22 kilómetros — está compuesta por tuberías de asbesto, también cancerígenas— lo que pone en riesgo la salud de los habitantes de la delegación Cuauhtémoc.

Las plantas de emergencia además de ser obsoletas no funcionan y no se les puede dar mantenimiento porque no hay refacciones. Una planta así oscila entre los 400 a 500 mil pesos.

Si se va la luz, el sistema de bombeo deja de operar dejando sin agua a más de 27 mil habitantes que viven en las tres secciones de Tlatelolco, además de las 11 mil 140 personas adicionales que son parte de la población flotante.

A simple vista, se percibe la contaminación que hay en el agua conducida por las tuberías debido a las fracturas y que ocasionan un desperdicio diario de agua de casi dos mil 232 metros cúbicos, lo que al día equivale a 2 millones 231 mil 896 litros.

Con excepción de algunos edificios de la sección uno, en las demás torres de Tlatelolco no hay tinacos para almacenar agua, de ahí que cuando las bombas fallan hay vecinos que se quedan de uno a tres días sin agua.

Augusto Asturia, del área de Obras de la delegación Cuauhtémoc, advierte sobre la urgencia de llevar a cabo un proyecto integral para la sustitución de la red hidráulica y los sistemas de bombeo. Se requiere una inversión total de 105 millones de pesos.

Para cambiar cada planta de bombeo se necesitan 35 millones de pesos y es inevitable la estrecha colaboración de los tres órdenes de gobierno para rehabilitar las máquinas, sustituir las conexiones y construir tanques.

De hecho, cuando se implemente el plan de acción será necesario establecer un protocolo especial para retirar el equipo por ser de alto riesgo, de acuerdo con las indicaciones de la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat) y la Secretaría de Salud.

Por un remplazo urgente

La delegación Cuauhtémoc reconoce que la situación los ha rebasado y admite que por cada día que transcurre la situación es como una bomba de tiempo.

Actualmente existe un proyecto integral de acción para la sustitución de los sistemas de bombeo y de la red hidráulica, que consta de cuatro ejes rectores y de acuerdo con el técnico de obras de la demarcación, la restitución llevaría entre 10 y 11 meses por cada sección. Si hay voluntad política y se cuenta con el recurso económico se podría trabajar de manera paralela las tres secciones de Tlatelolco.

“Si no es así se va a tener que ir trabajando a medida de que se vayan disponiendo los recursos para resolver este problema”, expresa Asturia.

La inversión involucra la adquisición de nuevos tableros de control que están quemados, la adecuación de cárcamos de achique con un equipo de extracción para evitar que en una contingencia se anegue la estación de bombeo a niveles de las líneas de alimentación eléctrica. Hoy, el riesgo de un corto circuito está latente.

Augusto Asturia detalla que el proyecto de sustitución involucra el reemplazo de la red de distribución de líneas hidráulicas de asbesto existentes por tubería de polietileno de alta densidad a través de la perforación especial que garantice la no afectación de servicios de telefonía, gas, luz y fibra óptica, así como la cimentación de los vestigios arqueológicos de la zona.

Uno de los beneficios de este plan será la reducción del índice de fallas de equipos electrónicos, lo que dará como resultado un correcto y abasto del agua en el complejo habitacional.

“Mire nada más este equipo, está bastante mal, no funciona, observe como suena, las bombas trabajan a medidas, los tableros están carbonizados y de esta planta solo trabajan tres máquinas y las demás están expuestas a fallas constantes”, asegura el operador de equipo especializado de la planta de bombeo número dos.

Orgulloso dice que tiene 32 años trabajando en esta área. Prefiere reservar su nombre porque lamenta ser parte del descuido al que se ha llevado al sistema hídrico, pese a que es el lugar que ofrece agua a los habitantes las 24 horas.

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