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De aplicarse las medidas ambientales vigentes, en la última década se habría decretado en al menos 67 ocasiones la Fase 1 de Contingencia Ambienta; sin embargo, la alerta no fue activada debido a que las normas no eran tan restrictivas como ahora.

Según datos del Sistema de Monitoreo Atmosférico (Simat), de 2006 a la fecha se han registrado concentraciones de ozono por arriba de los 150 puntos en el Índice de la Calidad del Aire (Imeca), niveles similares e incluso superiores a los que se han alcanzado en las últimas semanas.

Pese a que las condiciones de la calidad del aire eran malas y muy malas, las autoridades sólo activaron la fase de precontingencia ambiental en 29 ocasiones, etapa en la que únicamente se recomendaba a la población no realizar actividades al aire libre.

En el Valle de Toluca la situación es aún más severa. Datos de la Red Automática de Monitoreo Atmosférico del Estado de México revelan que el Imeca ha alcanzado hasta 328 puntos, pero en este caso por partículas suspendidas PM10 y PM2.5.

Aunque las condiciones de la calidad del aire en la capital del Estado de México y sus alrededores han alcanzado niveles extremadamente malos, no se han activado alertas ni restricciones vehiculares porque no cuentan con un programa de contingencias como el del Valle de México.

En su edición impresa del 14 de mayo, EL UNIVERSAL publicó que algunas de las consecuencias a la salud que provoca la contaminación son mareos, dolor de cabeza, náuseas, así como aumento en enfermedades respiratorias y cardiovasculares.

La exposición al ozono causa daño pulmonar permanente y agrava enfermedades pulmonares crónicas, aunque las partículas (PM10 y PM2.5) son más peligrosas, pues al ser pequeñas ingresan a la región más profunda del sistema respiratorio, reducen la función pulmonar y están relacionadas con el desarrollo de diabetes.

Los reportes disponibles desde 2011 hasta abril de este año, a través de la página de la Secretaría del Medio Ambiente mexiquense, detallan que el 1 de enero de 2012, el Valle de Toluca registró 328 puntos Imeca por concentraciones de PM10; la misma fecha, pero de 2011, estas partículas alcanzaron un nivel de 312.

Referente a las PM2.5, el registro más alto es de 244, el cual se alcanzó el 1 de enero de 2016; al día siguiente el Imeca reportó un máximo de 223 puntos por el mismo contaminante.

Las partículas suspendidas son generadas por la industria, transporte —en particular los tractocamiones que utilizan diesel—, polvo, vehículos particulares e incluso, actividades relacionadas con la agricultura.

El que durante las últimas semanas se active la Fase 1, pese al Hoy No Circula general, se debe al endurecimiento que se ha hecho en el Programa para Contingencias Atmosféricas del Valle de México, vigente para las 16 delegaciones de la Ciudad de México y 18 municipios mexiquenses.

De 2006 a la fecha las medidas han sido modificadas en ocho ocasiones, mismas en las que se ha disminuido el puntaje máximo para emitir una alerta ambiental. La más reciente entró en vigor el 6 de abril de este año, en la que desapareció la fase de precontingencia; disminuyó a 150 puntos el Imeca para decretar la Fase 1 y a 200 puntos, para el caso de la Fase 2.

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