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phenelope.aldaz@eluniversal.com.mx
Frente a las oficinas del Registro Civil, sobre avenida Chapultepec, Elizabeth hace la parada al taxi, toma de la mano a su hija para abordarlo. Al percatarse que en su interior se encuentra el jefe de gobierno se pone nerviosa y se aleja.
Miguel Ángel Mancera abre la puerta y la invita a subir, “la llevamos” le dice. Nerviosa, sorprendida, sube —se dirige a consulta médica— ¿Y cuánto va a ser?, pregunta, a lo que el mandatario le responde: “Ni me diga, vamos hacia Chapultepec, pero la acercamos a donde a usted le quede”.
En medio de su nerviosismo, la señora no sólo nota la diferencia en los interiores del vehículo en comparación con un taxi convencional, también advierte en el correr del taxímetro que —desde la sede del gobierno capitalino— en el Zócalo, se da el banderazo en 27.30 pesos.
Desde que se endureció el Hoy No Circula, Mancera dejó su camioneta para viajar en taxi eléctrico, su personal de seguridad lo hace en otro. Está consciente de las críticas que le han valido las nuevas medidas, pero insiste en que es un tema de salud pública y que de no hacerlo, después se le cuestionaría por no haber actuado.
“Quisiera que todos estuvieran muy contentos, que todos circularan, pero es una megalópolis, una megaciudad”. Tras decir esto, el mandatario se distrae con el paso de unas motos azules, las cuales, explica, son eléctricas y funcionan bajo préstamo.
“No se puede ser complaciente en un tema de salud. Si optamos por no acatar lo que dicen los expertos, luego se enferman los niños y dirán que el jefe de gobierno no hizo nada”, aclara. Elizabeth afirma que nunca había abordado un taxi eléctrico “y menos con él [el jefe de gobierno]. Está muy bonito [el coche]”, dice y suelta una sonrisa tímida, mientras la pequeña se aferra a su brazo. Titubeante agrega: “Yo estoy a favor del Hoy No Circula, pero creo que ha faltado información”.
Mancera la escucha atento pero no deja pasar las irregularidades del transporte público: “Mira esos dos micros, tómales foto para reportarlos”, expresa, molesto. Luego platica con la pequeña, a quien le explica las bondades del taxi eléctrico.
“Esta enfermedad que no se nos quita, he tenido tos constante”, interrumpe Elizabeth y reitera su aprobación al Hoy No Circula: “La verdad es que luego, luego se ve el cambio. Yo vivo en lo alto y desde ahí se ve la capa densa de smog, no se imaginan”, describe.
El jefe de gobierno asegura que tras la negativa del gobierno federal para crear un fondo por 5 mil millones de pesos para la renovación del transporte público, no ha hablado con el presidente de la República, Enrique Peña Nieto. Con un dejo de ironía acota: “Habían dicho que no a la reforma política, habían dicho que no tendríamos fondo de capitalidad...”
El mandatario se muestra seguro de que conseguirá los recursos para mejorar el transporte en la capital del país, uno de los más contaminantes.
Lo tenemos que hacer. No sólo taxis eléctricos, hay proyectos de Metrobús, de cambiar trolebuses por camiones eléctricos y quitar cablerío”.
En la Puerta de los Leones del Bosque de Chapultepec, Mancera concluye su recorrido, se despide de sus acompañantes con un beso y paga el viaje. El taxímetro registró 82 pesos.