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fanny.ruiz@eluniversal.com.mx
Entre basura y malos olores habitan decenas de indigentes en la zona sur y centro de la ciudad. Además de tirar su propia basura en la calle, realizan sus necesidades sobre la banqueta.
Muebles sucios y cobijas rotas forman parte del hogar de hombres y mujeres que viven debajo de un puente vehicular cerca del metro Tasqueña.
Vecinos y empleados saben que allí viven los indigentes, razón por la cual evitan la zona. Casi siempre están drogados y pueden reaccionar un tanto agresivos, comentan.
Los automovilistas y usuarios del transporte público, aunque no quieran, deben pasar por el sitio. Ya están acostumbrados a verlos, pues viven allí desde hace largo tiempo. No los incómodan si están lejos, pero opinan que las condiciones en que viven no son dignas, ya que duermen entre basura y suciedad.
“Como en todos los sitios donde hay indigentes se pueden crear focos de infección, lo cual afectaría a quienes vivimos por la zona; también se crea una mala imagen y ellos mismos contaminan al tirar basura en la calle”, mencionó un vecino.
El espacio donde habitan entre cinco y diez indigentes se aprecia lleno de vasos, botellas y bolsas de plástico, platos de unicel, pedazos de cartón y otros desechos inorgánicos y orgánicos.
La basura se observa a lo largo de la banqueta y el viento que generan los autos en movimiento extiende los desechos a la avenida. El lugar siempre está sucio y nadie lo limpia.
Indigentes entre la basura. Otro grupo de diez a quince personas vive en la banqueta de Artículo 123, a una cuadra del metro Hidalgo.
Este espacio emana un olor fétido y desagradable para los peatones, quienes prefieren evitar la zona.
De acuerdo con vecinos, los indigentes orinan, defecan y tienen relaciones sexuales en la vía pública, lo cual detona en un foco de infección.
Sobre ropa y cobijas sucias, mezcladas con basura, descansan hombres y mujeres la mayor parte del tiempo.
A consideración de los vecinos, este grupo poblacional afecta a su colonia porque “la vuelve más sucia y hasta insegura, pues los jóvenes casi siempre están drogados y exigen a las personas que les den una moneda”.