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La pirotecnia forma parte de la vida y la muerte de este pueblo tultepeca, que en esta Navidad, sigue detonando y quemando juegos de artificio para despedir a sus muertos y celebrar la procesión del “Niño Dios”, donde con luces, cohetes y “toritos” recorrieron anoche más de dos kilómetros, en una fiesta que también sirvió para despedir a las víctimas.
Los cohetes en Tultepec, no cesaron ni aquí, ni en municipios vecinos del norponiente del Valle de México, como Cuautitlán, Zumpango, Melchor Ocampo, Tultitlpán y Coacalco, donde toda la noche de Navidad hubo detonación de pirotecnia, que pudo haber contribuido a que se dispararan los índices de contaminanción atmosférica.
La noche del 24 de diciembre, por tradición ancestral se realiza la procesión del “Niño Dios”, donde cientos de pobladores queman “toritos”, encienden luces de bengala, palomas, bombas y cohetes para celebrar la navidad.
Pero al mismo tiempo los cuerpos de los difuntos, que fallecieron en la detonación en serie del tianguis de la pirotecnia, siguen llegando a Tultepec, donde familiares y vecinos, en señal de duelo los despiden con la quema de cohetes, “y más si fueron pirotécnicos, es rendirles tributo, porque fueron artesanos de la pólvora, José Guadalupe Solano, mejor conocido como “Doc Pirotecnia”.
cg