El caso de la española María Villar es "atípico" porque fue asesinada en un tiempo muy corto, solo 48 horas después de su secuestro en la capital mexicana y pese a que se había pagado un rescate, dijo hoy a Efe la presidenta de la asociación civil Alto al Secuestro, Isabel Miranda.

Todo comenzó la noche del 13 de septiembre cuando la sobrina del del presidente de la Federación Española de Fútbol, Ángel María Villar, tomó un taxi en el centro comercial Patio Santa Fe tras concluir su jornada laboral en las oficinas de la multinacional IBM, rumbo a su residencia en el barrio de Polanco.

Al inicio se trataba de un secuestro exprés, que se caracteriza porque las víctimas son privadas de su liberad durante unas horas para sustraer dinero de sus cuentas bancarias a través de cajeros automáticos, señaló Miranda.

Sin embargo, cuando los sujetos "se dan cuenta que la persona tiene más recursos" cambia a un secuestro de tipo "extorsivo", por lo que se "la llevan a una casa de seguridad" y piden al día siguiente un rescate a la familia.

El caso "es muy atípico" porque "después de haber negociado y haber pactado un rescate", la matan en un "tiempo tan corto", solamente 48 horas desde que la secuestraron hasta que su cuerpo fue hallado en Santiago Tianguistenco, en el vecino Estado de México.

"Fue todo demasiado rápido", afirmó la activista, quien contó que, como prueba de vida al momento del pago del rescate, la propia Villar "habló con el esposo y le dijo que ya la habían liberado" y que iba en un taxi de vuelta, algo que "suponemos no fue cierto".

Tal vez los captores "la tenían todavía ahí y la pusieron a hablar" para que les dieran el dinero, especuló Miranda, quien indicó que "eso es algo que la Policía tendrá que esclarecer".

"La cantidad fue mínima", unos 2.275 dólares, según contaron a Efe fuentes oficiales, "lo cual es todavía más raro porque (...) no esperaron a negociar y a tratar de obtener una mayor cantidad", apuntó.

Este caso "nos va a enseñar otra forma, quizá, de operar de estos delincuentes" de cambiar de un secuestro exprés o uno extorsivo "si ven posibilidades", añadió.

Miranda, quien fundó la organización civil después de que su hijo Hugo Alberto fuera secuestrado y asesinado en 2005, dijo que en el esclarecimiento de este caso "el taxista va a ser clave" si las autoridades lo encuentran.

"Normalmente, los taxistas están implicados en este tipo de casos", indicó tras recordar que en Polanco hace mucho tiempo se reportó que los taxistas "se estaban llevando a mujeres, las extorsionaban y a veces las tarjeteaban", es decir las llevaban a los cajeros automáticos para sacar dinero de sus cuentas bancarias.

En las imágenes de las cámaras del sistema de seguridad de Ciudad de México se podrá "ver en qué taxi se subió" Villar y así llegar al conductor, señaló la activista, quien dijo tener información de que los captores sacaron dinero de un cajero en la zona de Iztapalapa, al extremo opuesto de donde fue secuestrada.

Sobre los secuestros que se comenten en la capital mexicana dijo que, como ocurre en el caso de Villar, la mayoría los atiende la Procuraduría (fiscalía) federal, una institución que calificó de "seria", con "gran experiencia" y en la que la gente "confía más" porque son "más profesionales".

El procurador capitalino, Rodolfo Ríos, afirmó hoy que en lo que va de este año se han denunciado 34 casos de secuestro, pero según Miranda la fiscalía federal atiende "casi el doble" en la ciudad.

Desde el inicio del mandato del actual jefe de Gobierno capitalino, Miguel Ángel Mancera, a fines de 2012 se han cometido 684 secuestros, "una cifra muy dura" que obliga al Gobierno local a "poner mucho empeño", señaló.

A nivel nacional, si bien hubo una disminución de 17 % en los casos en el último año, hay un "promedio de seis secuestros al día", cifra que consideró "escandalosa".

En todo el mandato del presidente Enrique Peña Nieto, iniciado en diciembre de 2012, "llevamos más de 8 mil secuestros" denunciados en el país, pero la encuesta de victimización del Instituto Nacional de Estadística estima 234 mil 829 casos solamente en 2013 y 2014.

"No podemos cantar victoria" por la baja registrada en el último año luego de un "gran empeño" del Gobierno federal, dijo, y enfatizó que los estados aún tienen que trabajar para combatir este delito.

En su opinión, los principales desafíos son tener "un plan nacional que pueda articular todas las unidades antisecuestro y preparar a los policías en inteligencia".

"Son muy pocos los casos que llegan a ser consignados con detenidos; es decir, rescatan a la víctima, pero no van por los delincuentes. Yo creo que es allí donde tenemos el grave problema", concluyó.

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